Los recursos eran obtenidos por medio de engaños a los fieles, a quienes se les hacía falsas promesas y amenazas de «que el socorro espiritual y económico sólo lo alcanzarían aquellos que se sacrificaran económicamente por la iglesia», dijo el funcionario en un comunicado de prensa de su despacho.
La congregación religiosa sólo declaraba una parte de lo que recaudaba entre los fieles, a pesar de tener inmunidad tributaria, según la Procuraduría.
«Sólo entre 2003 y 2006, la Iglesia Universal declaró haber recibido poco más de 5.000 millones de reales (unos 2.295 millones de dólares) en donaciones pero, según testigos, ese valor puede ser mucho mayor», agregó el comunicado.
Macedo Bezerra, quien fundó la iglesia en 1977 en Rio de Janeiro, está bajo sospecha desde hace varios años por recaudación fraudulenta de dinero y es investigado en otros países.
La congregación que dirige cuenta con miles de templos en Brasil y varios países de América Latina, y es propietaria de una red de televisión.