Miguel Angel Espada (*)
Tremenda elección de la compañera Cristina Kirchner en las bien organizadas elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias que por primera vez se celebraron en Argentina.
Estas elecciones sirvieron para descubrir quiénes serían los primeros en recular a la hora de las postulaciones (Macri, Pino Solanas), quienes se convertirían en parlanchines de TN ( Duhalde, Alfonsín, Binner, Rodriguez Saá), quienes serían el fiasco de la jornada (Carrió, Argumedo de Pino) y quien sería por “izquierda” quien usaría los medios de comunicación de la derecha para entrar en las elecciones de octubre próximo.
Así las cosas y tras el aplastante triunfo de la Presidenta y a pesar de los medios de comunicación es que la primera semana dejó grogui a los laboratorios de inoculación de veneno a través de Clarín y TN, no podía meter un titular gancho por ningún lado. Solo recién esta semana pudieron recurrir a un hecho real (sin saber aún como sucedió) que fue amplificado y replicado en cadena nacional por los medios privados: la desaparición de una niña de 11 años, desde el lunes 22 de agosto, quien a pesar de los 300 policías, la gendarmería, servicios de inteligencia y demás colaboradores judiciales, aún no ha aparecido.
Vaya cruel paradoja, una semana después de ganar las elecciones la presidenta recibiendo en casa de gobierno a la madre de una niña desaparecida. No falta quien haya dicho que la mafia de Duhalde lanzó a su mano de obra a la calle para vengarse de la humillación padecida en las urnas queriendo incendiar la provincia de Buenos Aires con hechos violentos que hagan sublevar a la población, como el bien sabe hacer desde mucho antes del 2001.
Por eso, y para que la población no se sienta alejada del Estado, es que hay que profundizar las políticas de participación ciudadana y control de las instituciones provinciales y municipales desde instancias donde los vecinos y organizaciones sociales y barriales puedan influenciar las decisiones de manera real antes de que los hechos sucedan y no en una comisión de crisis.
Para obtener los votos necesarios para alcanzar la mayoría parlamentaria en senadores y diputados no basta con tomar medidas que favorezcan a la población sino que se debe construir la arquitectura institucional en la que el poder popular se expresa de forma concreta en un ámbito participativo y protagónico REALES, por más que las medidas adoptadas sean buenas. Es más , tal como lo ha propuesto el presidente Correa, debiera además realizarse reuniones ministeriales con la presencia de organizaciones sociales (un gabinete ampliado a la participación popular), donde también se vean representados sectores medios de la sociedad, sin falsos intermediarios.
Profundizar el modelo es abrir los canales a la participación popular efectiva y para ello deben modificarse varios aspectos que superen a la democracia representativa que hasta aquí nos ha conducido pero no alcanzará para realizar las transformaciones pendientes y recorrer todo lo que falta en esta Argentina encorcetada por el capitalismo global, mafioso, corporativo, sojero, agro-ganadero y extranjerizado, legado de la dictadura y el neoliberalismo Menem-aliancista, que aún posee el poder real económico-político y que continuará ejerciéndolo con la constitución liberal vigente de 1853.
(*) militante K