Francisco Garrido
El tres de agosto, muy pocos días antes del comienzo de los disturbios, la marca de moda Desigual eligió Londres para presentar su nueva colección diseñada por Christian Lacroix, fue en la elegante y carísima  Oxford Street. Ignoro si la firma española  sabia que Londres es en este momento la capital desarrollada con mayor nivel de desigualdad social. Seguramente no. Lo que probablemente si conocía  Desigual  era un sondeo realizado y publicado por MasterCard  que situaba  a Londres como la capital financiera del mundo. Le acompañan ciudades como Nueva York, Chicago,  Singapur, Shangai, Tokio, Dubai, Seúl  o Sao Paulo. Estas ciudades  son las verdaderas patrias donde viven y operan la clase financiera  dirigente mundial. Pero en ellas, y en especial en Londres, viven otras gentes  que todos los días ven, y sufren,  como viven estas gentes , como derrochan, como explotan. La desesperada  espiral de violencia que padece  en estos momentos Londres, algo tiene que ver con esto.

La tasa de desempleo del reino Unido estas algo por encima del 10%. Pero los jóvenes menores de 25 años la tasa de paro es de  un 21% en todo el Reino Unido, en algunos barrios de Londres, como Tottenham, done han empezado los disturbios, es superior al 25%. Las políticas de la Big Society de Cameron han recortado en más de un 50% las ayudas sociales sobre las que se mantenían gran parte de la población desempleada.

¿Explican esas tasas de paro y pobreza la violencia que se ha desatado? No. La violencia social o colectiva esta más relacionada con la desigualdad que con la pobreza. Es algo muy conocido tanto por la sociología como por la psicología social enlos estudios sobre las causas  de los  conflictos. Y en lo tocante a la desigualdad los datos son demoledores. El Reino Unido es el séptimo país done más ha crecido la desigualdad desde los años ochenta según un informe de la OCDE del 2011 ( el coeficiente de Gini del 0,34). Entre Mayfair y cualquiera de los distritos que se encuentran más allá de la zona 3 se está creando una distancia social que parece configurar mundos respectivamente extraños. En el 2010, Javier Callejo en un artículo sobre Londres  ya advertía : “Unos van en Ferrari o Rolls Royce desde la puerta de su casa a la esquina. Otros, tienen que recorrer en bicicleta trayectos de más de diez kilómetros para acudir al centro de trabajo, ante la imposibilidad de costearse el abono del caro transporte público. Se trata del acceso a la virtud ecológica por la imperiosa necesidad económica”.El coste medio semanal de una vivienda en Londres  está ya por encima de las cuatrocientas libras.

Londres es la ciudad con más desigualdad del mundo desarrollado. La décima parte más rica acumula 273 veces más renta que la décima parte más pobre de la población londinense. Se trata de las  933336 libras esterlinas de los ricos  contra las escasas 3.420 de los pobres. Danny Dorling, profesor de Geografía Humana de la Universidad de Sheffield Londres afirma que esta tasa de desigualdad  nos recuerda la existente en las sociedades esclavistas. En Londres tanto en la parte superior de la renta (los más ricos)  como en la parte inferior (lo más pobres) las cifras son superiores en un  10% al resto de las islas británicas La proporción de hombres que mueren antes de los 65 años es un 20% % superior en Londres a la media británica. La tasa de embarazo de menores de edad un 50% superior en Londres   al promedio del Reino Unido.

La capital financiera del mundo es tambi´´en la capital de las  desigualdades del mundo desarrollado. Las londinenses y los londinenses pobres, y jóvenes, y negros, y …; esos centenares de miles que van  en bicicleta no por que sean ecologistas sino por que son pobres, tienen que cruzarse  o que limpiar , si trabajan, todos los días con  lujosos coches, con  mansiones descomunales, con  joyerías deslumbrantes, y conlos  templos financieros donde se vende y se compra la sangre y la savia  del mundo. Algunos de esos, los más desesperados,  quizás lo mas jóvenes, son los que han montado en Londres un aquelarre de fuego y rabia para que el mundo se entere. Que nadie se engañe sobre lo que pasa en Londres pues es lo mismo que yo, quizás tu y tu, soñamos muchas noches cuando la insoportable repugnancia de la injusticia borra el dulce sabor de la esperanza.