Las Guerras de 4ta. Generación están en Marcha
Edgar. E. Quintero

La sociedad actual vive un dinámico proceso de cambio socio-político sin precedentes en la historia de la civilización, transformación que es sin duda alguna consecuencia de las enormes contradicciones, injusticias y tensiones sociales originadas por el modelo político que hoy predomina en el mundo y como en todo proceso de cambio hay una pugna feroz de intereses contrapuestos, asistimos pues a un álgido momento histórico en donde, como en otros tiempos, dos visiones distintas para conformar la sociedad humana se enfrentan, una por la supremacía y otra por la justicia. Por un lado la mayoría de los pueblos exigen y luchan por un sistema político-económico mundial más justo y abierto que les permita niveles de existencia más dignos para sus ciudadanos, respeto a su autodeterminación y a su autogestión política sin intervención de potencias que persiguen torcer la voluntad de sus pueblos, por otro lado existen autoritarios y concentrados poderes facticos que persisten en su práctica de control y dominación planetaria con el fin mantener un sistema que depreda las riquezas del mundo para beneficio de unos pocos.
En este proceso continuado de dominación mundial por parte de esta poderosísima elite política-económica se utilizan toda clase de métodos y estratégicos mecanismos que reproducen el actual sistema de supremacía y explotación inmisericorde del hombre por el hombre. Dentro de este esquema existe una estrategia básica y fundamental para viabilizar y sostener el actual modelo de organización de la sociedad basado en las leyes del mercado y el neoliberalismo, estrategia que está centrada en el control y manipulación de la conciencia social de los pueblos utilizando los medios de comunicación de masas como herramienta para implantar códigos psicológicos a través de imágenes y mensajes planificadamente dirigidos al consciente y al subconsciente de los individuos para establecer determinados modelos y esquemas de comportamiento y entendimiento que crean una realidad distorsionada distinta a la realmente existente, estos poderes facticos y su arsenal mediático persiguen pues la alteración y la deformación de la conciencia colectiva fijando parcializados conceptos, asociación de ideas y patrones de comportamiento con fines ideológicos, políticos o comerciales que propenden la separación del individuo de su contexto cultural propio, haciéndolo psicológicamente vulnerable y dependiente de una idea o entidad política, religiosa o económica.

El control y la manipulación ideológica siempre han sido un preferido instrumento de continuada aplicación por parte de los estamentos del poder mundial, desde hace décadas existe un esfuerzo concertado y sistemático que viene empleando degradantes y diversas técnicas psicológicas orientadas a intervenir los valores, la conducta, las percepciones, los deseos, los temores y las emociones de los ciudadanos del mundo en favor de oscuros y “dolarizados” intereses. Para muchos pensadores que defienden el actual “status quo” todo esto no es más que una malintencionada invención de algunos movimientos e intelectuales izquierdistas medio paranoicos que a falta de sólidos argumentos en contra de la “exitosa” dinámica capitalista asumen estas conspirativas teorías como estéril instrumento de crítica maliciosa, aunque ciertamente existen algunas conjeturas poco serias que no son más que elucubraciones en este sentido.  Sin embargo es evidente que el control y la manipulación mental siempre ha sido una efectiva opción de la “Elite” política, económica y militar con el fin de manejar la voluntad y hasta el destino de los ciudadanos y pueblos del mundo, hoy estamos frente a una planificada política imperialista orientada a reforzar su dominación planetaria, se ha ingresado en una peligrosa y al parecer irreversible fase en la cual la aplicación de elementos y mecanismos de intervención mental y psicológica han tomado una dimensión de guerra permanente y prioridad “alfa” para la clase dominante que eviten que las aguas sociales se salgan de su pasivo cauce.

Se está desarrollando y consolidando como nunca antes, una descomunal estructura de pesquisa y manipulación de las personas a escala mundial que persigue un reforzamiento del coloniaje mental de los ciudadanos apalancada en el desarrollo de sofisticadas tecnologías, estamos en presencia de la más acentuada estrategia y aplicación de “Guerra Psicológica Intensiva” que jamás se haya realizado en favor de mantener el dominio de la sociedad a escala planetaria.

Muchos especialistas en asuntos geoestratégicos, militares y comunicacionales afirman, con suficientes elementos de prueba, que la “Guerra Mundial de 4ta. Generación” está en proceso desde hace más de dos décadas. La resistencia de los pueblos, el debilitamiento de los actuales modelos y estrategias de dominación y la muy dinámica evolución tecnológica en el área de la comunicación y la informática han llevado a los estrategas políticos y militares del imperio y sus aliados a concebir un nuevo modelo que no responde a los patrones de la guerra convencional hasta ahora implementada, sino que en una primera instancia se apoya más en la manipulación de los elementos culturales, mentales y psicológicos de las personas que en el uso del potencial bélico, un modelo renovado y más sofisticado  que pretende y planifica mantener en el siglo XXI su ultrajante y depredadora dominación global.

En los últimos quince años se ha acentuado una peligrosa simbiosis estructural muy poderosa entre los medios de comunicación y los factores de poder político y económico-financiero mundial, simbiosis que está alineada con el objetivo supremo de repotenciar la  influencia sobre nuestros espacios psicológicos con la intención de derribar nuestras defensas mentales que allanen el camino para manipular de forma determinante nuestras conductas personales y sociales. La vital importancia de la comunicación de masas y de la informática, así como su creciente desarrollo y sofisticación tecnológica han convertido a este sector en un objetivo primordial que es necesario manejar ya que es el mecanismo más eficiente para desarrollar, integrar e implantar parcializadas creencias y patrones de comportamiento, es evidente que toda la estructura mediática y comunicacional más importante del mundo esta fusionada de manera total y concertada con los entes de poder del imperio para coordinar y ejecutar un monstruoso y descomunal proceso de manipulación de la conciencia global, han convertido a los medios de comunicación de masas en los más envilecidos y poderosos instrumentos de control social y político, todo inteligentemente encubierto bajo los preceptos  de la democracia y la libertad.

Esta estrategia imperial es parte fundamental de la actual doctrina militar del gobierno estadounidense y de sus más cercanos aliados, se manejan nuevos conceptos bélicos tales como Guerra Asimétrica, Guerra de Baja Intensidad, Guerra Preventiva, Ciberguerra, Guerra Espacial, Guerra al Terrorismo, Guerra Financiera, Guerra Psicológica, etc, cualquiera que sea el concepto o el instrumento usado el objetivo siempre será el mismo:  Mantener el control social, político y económico-financiero necesario que garantice su supremacía y dominación planetaria.  Entre sus objetivos primarios esta desarrollar una nueva, sofisticada y reforzada fase de avasallamiento de la conciencia individual y colectiva de los pueblos para justificar sus políticas y reimponer sus intereses debilitados por tantas violaciones al derecho internacional, intervenciones militares, cinismo político, guerras y  depredación.

Este nuevo escenario de la actual estrategia de continuada supremacía imperial manifiesta con fuerza su horroroso rostro el 11-S con la demolición de las torres gemelas en una operación militar sin precedentes con un guion digno de George Lucas y su legendaria “Star Wars”, operación que fue planificadamente atribuida a través de la desinformación y la tergiversación al terrorismo internacional y a un fantasma mediático llamado Osama Bin Laden enemigo número uno de la “libertad y la democracia en el mundo”, un oscuro y hasta novelesco personaje que nadie vio sino en los “acomodados” videos de la CIA repetitivamente transmitidos por las grandes cadenas televisivas estadounidenses, británicas y francesas, noticia también por supuesto rebotada por muchos meses en las primeras planas de los principales periódicos del mundo como  Le Monde, The Guardian, el Washington Post y el New York Times.

La clase dominante de la principal potencia imperial tiene hoy como objetivo esencial reimponer y mantener en todo el mundo la superioridad militar, económica, financiera y política de los Estados Unidos tal y como se define en el Proyecto para un Nuevo Siglo Estadounidense, uno de los elementos primordiales para tratar de alcanzar este objetivo es el control y manipulación de la conciencia de los ciudadanos del mundo a través de sus poderosos conglomerados de medios de comunicación ya que es evidente que la supremacía económica, política y tecnológica del imperio está siendo abiertamente desafiada por las potencias emergentes como China, India, Rusia y Brasil. Esta renovada estrategia del imperio es distinta a la ya tradicional movilización de grandes contingentes de soldados para invadir países la cual está parcialmente agotada como política fundamental de guerra y Afganistán parece ser el último ejemplo, las coalición internacional se retira de este país en medio de graves consecuencias políticas y económicas generadas por el inmenso y agobiante gasto militar que representó esta aventura que pretendió asolar las tierras afganas como un ejemplo para el mundo de la supremacía estadounidense, pero los acontecimientos no sucedieron como se habían planificado, las fuerzas militares del imperio han sufrido otra inaceptada y amarga derrota, dejan este país prácticamente destruido y sin opciones de futuro, ademas la guerra como instrumento para dinamizar su deteriorada economía es evidente que ya no les funciona. Estados Unidos y sus aliados se hunden en la deuda pública y doméstica, la crisis económica y moral severa, la corrupción y la creciente ineficiencia de su aparato productivo.

Sin embargo y a pesar de este bochornoso “traspiés” es evidente que el elemento militar será todavía factor muy importante como elemento disuasivo y practico, se mantendrán seguramente suficientes y selectos contingentes de soldados y mercenarios altamente entrenados con armas extremadamente sofisticadas con las cuales amenazar a los países inconformes con los intereses y con la ideología imperial que les permita librar guerras selectivas al estilo de la eficiente “Blitzkrieg” alemana de la 2da. guerra mundial, enmarcadas dentro de los conceptos de “Guerra Preventiva” y “Guerra al Terrorismo”, con fuerte aplicación de avanzados dispositivos tecnológicos de control remoto y rastreo satelital en donde el oponente no sabrá nunca cuando y de donde le llueven bombas y misiles teledirigidos, guerras rápidas y muy destructivas altamente generadoras de miedo y terror en la población atacada para ablandar su resistencia mental, guerras que van acompañadas de concertados bloqueos comerciales y financieros para ahogar la economía del país adversado. Estas tácticas llevan por supuesto aparejadas los objetivos prioritarios de violentar el derecho internacional y de intervenir masivamente los medios de comunicación para ganar de manera decisiva el teatro de operaciones mediático en donde la mentira, la tergiversación y la desinformación son los ejes fundamentales de acción infundiendo temor exacerbado porque hay monstruos con rostros y nombres definidos (Bin Laden,  Al- Qaeda,  Ahmadinejad,  Khadaffi, el Islam, el Nacionalismo y la Autodeterminación de los pueblos, Corea del Norte, Irán, Libia, Cuba, etc ) que amenazan los “sacrosantos” principios de la democracia y la libertad y por supuesto solo el imperio podrá enfrentarlos para salvarnos de semejantes peligros.

Debilitado moral y económicamente, pero todavía muy fuerte, los Estados Unidos y sus más cercanos aliados enfrentan ahora nuevos retos para mantener su supremacía mundial, se diseñan nuevas estrategias y mecanismos que apuntan a un reforzamiento extremo del control de la conciencia social de los pueblos, control de sus emociones y conductas colectivas de forma silenciosa y desapercibida a las mayorías del mundo, sin rastro evidente que identifique quiénes son los que ejercen este perverso dominio e imponen las reglas, control invisible, sutil pero muy eficaz y muy barato ya que para el imperio el soldado más barato es el ciudadano alienado  del propio país que se controla ya que será este “Alien” el que en una promovida Guerra de “Perros” o  Guerra Intestina defenderá hasta con su sangre el “American Way ” y los postulados del neoliberalismo económico controlado por los Estados Unidos. En América Latina más que en cualquier otra parte del mundo hemos sido y somos todavía, aunque menos que antes, víctimas de este avasallamiento mediático, comercial, militar y político impuesto a sangrienta rajatabla desde hace muchas décadas por nuestro “Big Brother” del norte, afortunadamente hoy parecen soplar nuevos y liberadores vientos autonómicos aunque todavía hay mucho por andar en este camino.

Las guerras y conflictos que están en proceso, la mayoría de los cuales no son evidentes,  tienen como uno de sus campos de batalla más importantes la mente y la conciencia de los individuos y el arma más importante para  consumarla será la estrategia comunicacional aplicada milimétricamente a través de la información, las imágenes y la publicidad que son usadas para atacar nuestras debilidades, aprovechar y reforzar nuestras ignorancias y vulnerabilidades psicológicas con el objetivo de implantar a través de sus poderosos medios de comunicación (Televisión, Radio, Cine, Internet, Periódicos, Revistas, etc.) nuevas escalas de valores, sofismas y esquemas de comportamiento personal y colectivo. Desde hace mucho tiempo los “Dueños” del mundo entendieron la importancia de la propaganda como instrumento indispensable para  alinear la conciencia  de los pueblos y controlar la opinión pública, entendieron que la forma más sencilla y eficaz de mantener a los ciudadanos del mundo en un estado mental pasivo es interviniendo masiva y repetitivamente las zonas más profundas de la conciencia de las personas para anular su capacidad de reflexión y criterio propio, manipulando sus emociones y tergiversando sus conceptos culturales a fin de hacerlos inertes victimas fácilmente controladas y en permanente beneficio del sistema imperante.

Un comunicador e intelectual importante del imperio Walter Lippmann, dos veces ganador del Pulitzer  abogaba por el control de la opinión pública a través de los medios, en su malsana opinión estaba convencido de que el ciudadano normal o común nunca estaría capacitado para razonar y decidir sobre cuestiones importantes de la nación, para Lippmann la elite gobernante o “Clase Especializada” es el estamento que debe decidir “qué hacer, cómo hacer y cuando hacer” por el bien de todos y después imponer esas decisiones a las masas o “Rebaño Desconcertado”.

Leo Strauss otro importante ideólogo de la derecha conservadora norteamericana planteaba en uno de sus libros esta infeliz reflexión: “Las verdades esenciales acerca de la sociedad y la historia deben ser mantenidas por una elite y no reveladas a quienes carecen de fortaleza suficiente para asumirlas, solo un grupo privilegiado reconoce estas verdades y se las reserva para si, lo que les proporciona una comprensión y les garantiza un poder que los demás no poseen”. Esta barbaridad pseudo-filosofica presupone que la tergiversación, el engaño y el control de la conciencia personal y colectiva son los mecanismos que garantizan a la “Elite” su dominación e impiden que las masas ignorantes y poco capacitadas les arrebaten el poder que detentan sobre la sociedad, sobre el estado y sobre las riquezas del mundo.

Edward Bernays otro intelectual norteamericano a quien algunos consideran el «Padre de las Relaciones Públicas» planteo otra barbaridad como esta: «La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones de las masas es un elemento importante en la sociedad democrática. Aquellos que controlan este mecanismo de la sociedad constituyen un gobierno invisible que es el verdadero poder gobernante de nuestro país. Somos gobernados, nuestras mentes son moldeadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas, en gran medida por hombres de los que casi nunca se oye hablar. Este es el resultado de la forma lógica en que está organizada nuestra sociedad democrática. Un gran número de seres humanos debe cooperar con esta forma si quieren vivir juntos como una sociedad y para que esta funcione sin problemas”. En otro de sus libros este Gurú de la manipulación escribió: “La propaganda es el brazo ejecutivo del gobierno invisible”

Estos aberrantes razonamientos desnudan sin ninguna duda las entrañas intencionales de la clase dominante que hoy oprime al mundo y evidencian el inmenso poder de los medios de comunicación como eficientes mecanismos de manipulación ideológica usados con el fin de imponerle a los ciudadanos particulares formas, modelos y conceptos para dominarlos cultural y psicológicamente, los medios de comunicación son pues mecanismos claves en el sostenimiento del actual sistema de dominación planetaria, son usados intensivamente como herramientas principales para el control de los procesos económicos, políticos y sociales en favor de una clase social privilegiada a través del uso de imágenes,  informaciones y razonamientos cuasi-irracionales, ilógicos  y desfigurados que distorsionan las emociones, necesidades e instintos más primarios del ser humano con el fin de generar una respuesta social predefinida.

La libertad de expresión y de información como parte de los supuestos conceptos básicos que sostienen la democracia occidental son vulgarizadas mercancías capitalistas usadas arteramente para impedirnos conocer objetivamente los acontecimientos,  la verdadera dimensión y la causalidad del actual contexto político-económico que nos rodea y que hoy como nunca antes está fuera de la interpretación racional y objetiva para la mayoría de las personas. Las grandes corporaciones transnacionales de la información se han abrogado de manera casi que exclusiva el derecho de interpretar la realidad mundial y hacérnosla llegar, según ellos, de la manera más clara, oportuna y veraz.

Se nos impone una distorsionada visión del mundo con el fin de conformar un criterio y un modelo de pensamiento dependiente y fragmentado que nos hace ignorantes funcionales, conocemos las palabras pero no sabemos interpretar ni interconectar correctamente los hechos en su contexto y en su real trasfondo, en muchísimos casos la mayoría de las personas son incapaces de estructurar sus propias y objetivas interpretaciones sociopolíticas. Igualmente se nos imponen estilos y hábitos de vida donde lo único importante es disfrutar los placeres materiales a como dé lugar, se ha inculcado en la fibra mental de los ciudadanos del mundo las bases y el concepto del placer consumista que nos mantiene esclavizados a objetivos banales e individuales de existencia mientras que los valores del espíritu, la solidaridad y la convivencia humana son apartados y considerados como debilidades inaceptables para ejercer el poder.

Así pues los medios de comunicación son usados como armas de guerra psicológica intensiva y son todo lo contrario de lo que se espera de una arma militar convencional ordinaria, son armas silenciosas pero muy efectivas ya que disparan ideas, imágenes y situaciones manipuladas en vez de balas y cargas explosivas, no son proyectiles que impactan nuestros cuerpos físicos sino nuestros cuerpos mentales y derriban nuestros legítimos conceptos culturales, emocionales y psicológicos para sustituirlos por antivalores como el individualismo, el placer personal y la acumulación de riqueza como objetivo de vida. Son proyectiles inmateriales que aprovechan nuestras debilidades e ignorancias para implantarse internamente como un virus infeccioso anulando nuestra conciencia y nuestro sentido crítico-reflexivo, no parecen intervenir en nuestra vida cotidiana normal por el contrario aparentan alertarnos y orientarnos sobre los peligros que afectan y pueden afectar nuestros valores de sociedad, pero en realidad influyen y determinan lo que debemos entender y lo que debemos hacer, deforman nuestra conciencia personal y colectiva,   haciéndonos esclavos de sofismas que persiguen la reproducción continuada del actual status de dominación ideológica corporativa.

Estas particulares armas silenciosas tienen una particular característica y es que pasan desapercibidas a la mayoría de los ciudadanos que no entienden lo que sucede o lo que está en juego y en muchísimos casos hasta lo niegan siendo esta característica parte fundamental de la estrategia, el ciudadano común no percibe su existencia ni se da cuenta que está siendo sometido por un poder difuso y por lo tanto no se defiende o no sabe cómo hacerlo, la única opción para él es inconcientemente adaptarse y tolerar pasivamente lo que se le impone, esclavizándose sin resistencia. Por ser un arma aplicada por poderes en apariencia difusos es evidente que el ciudadano común no asocie el origen de los males y precariedades de la sociedad con estos poderes de dominación, por el contrario se atribuye la autoría de estos males y calamidades sociales a los factores que se oponen a estos poderes dominantes como consecuencia de la acción comunicacional distorsionadora. Como dijo visionariamente nuestro Libertador Simón Bolívar en referencia al imperio español de su época:  “ Nos han dominado más por la ignorancia que por la fuerza”.

Hoy el ejercicio de nuestras “libertades” básicas está bajo permanente monitoreo y escudriñamiento, múltiples sistemas informáticos y de comunicación que rigen las actividades cotidianas de cientos de millones de personas y de cientos de miles de organizaciones empresariales, sociales , políticas y de  gobierno en el mundo están sujetas al escrutinio de los servicios de inteligencia imperiales: Internet, Facebook, Twitter, Myspace, Linkedin, Google, Mozilla, Teléfonos Celulares y Residenciales, Comunicaciones por Radiofrecuencia, Cables Submarinos  o por Sistemas Satelitales, Faxes, Sistemas de  Televisión Abierta y por Cable, Windows, Mensajería de Texto, así como datos y archivos sobre las personas recolectados por Bancos, Empresas Financieras, de Seguros, de Tarjetas de Crédito, Empresas Multinacionales de Comercio, Producción y Servicios Diversos, Universidades y Clubes importantes, Grandes Agencias de Turismo y Recreación, Empresas de Aviación Civil, etc, están bajo la continua lupa de la Agencia de Seguridad Nacional Estadounidense y sus agencias colaterales de inteligencia en todo el mundo. Todos estos datos son evaluados persistentemente a fin de detectar posibles acciones que afecten o pongan en riesgo los intereses y el predominio del imperio, para ello cuentan con grandes redes de vigilancia, procesamiento y evaluación de datos así como poderosos y sofisticados sistemas de detección comunicacional como la red “Echelon” que es un avanzado sistema de escucha de comunicaciones a nivel planetario. Después de los acontecimientos del 11-S se reforzaron estos mecanismos de recolección, evaluación y almacenamiento de información personal y corporativa en todo el mundo, todo bajo la dirección del Departamento de Defensa y la CIA con la justificación de la guerra antiterrorista y la defensa de la democracia y la libertad. No solo se recolecta información que consideran vital para desarrollar sus operaciones y actividades de defensa e inteligencia, estos novedosos sistemas informáticos y de comunicación de masas son igualmente usados planificadamente como armas de guerra psicológica y el objetivo sigue siendo el mismo: Control social, político y económico que sustente y garantice su continuada dominación.

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