
La Comisión es un órgano supuestamente independiente que investiga cualquier muerte ocurrida en un enfrentamiento con la policía. Su admisión arroja sombras sobre su papel en la investigación de la muerte de Duggan. El vínculo de la policía con la prensa, central en el reciente escándalo de las escuchas telefónicas del grupo Murdoch, no está demasiado lejos. Ayer el Evening Standard informaba que el tío de Mark Duggan era un gangster de Manchester, Desmond “Dessie” Noonan, que alardeaba que su familia tenía “más armas que la policía”. Según la información, su sobrino asistía con regularidad a fiestas de su tío. Esta información salía a la luz al mismo tiempo que se revelaba que en el lugar donde había muerto Mark Duggan había un arma ilegal envuelta en un calcetín, práctica común de los gangsters. Estos datos dispersos recuerdan la información contradictoria que circuló después del asesinato del brasileño Jean de Menezes, en el sur de Londres, en aquel fatídico mes de julio de 2005 cuando la capital vivía aterrorizada por los atentados contra el transporte público que dejaron un saldo de 54 muertos y más de 700 heridos. La policía hizo circular varias versiones sobre la personalidad de Jean de Menezes que apuntaban a una conducta sospechosa vinculada con alguna actividad ilegal.
Mientras tanto la tensión entre la policía y el poder político quedó ayer a la vista de todos. El presidente de la Asociación de Jefes de Policía, Sir Hugh Orde, dijo que el primer ministro Cameron y la ministra del Interior, Theresa May, se equivocaban al reivindicar como propia la decisión de desplegar 16 mil policías en las calles y adoptar tácticas más expeditivas. Orde señaló que los políticos no “tenían ninguna potestad” en estas decisiones y que ambas habían sido planeadas antes de que Cameron y May regresaran de sus vacaciones. “El hecho de que los políticos volvieran es irrelevante en términos de las tácticas que empleamos”, señaló Orde. El jefe interino de la Scotland Yard, Tim Godwin, se sumó a la ofensiva diciendo que la policía había recibido críticas de gente “que no estaba acá”, mientras que el vicedirector de la Federación Policial, que representa a oficiales y agentes, Simor Reed, tildó de “barato” el mensaje gubernamental de que la policía había cambiado de tácticas gracias a la recomendación de las autoridades políticas.
Una encuesta ayer para The Guardian muestra que los votantes apoyaron más la labor policial que el desempeño del primer ministro durante la crisis. Un 44 por ciento criticó la actuación de David Cameron: un 45 elogió al jefe interino de la Scotland Yard. Mientras tanto la calma, ayudada por la presencia policial y la lluvia, está retornando a las calles. La marca de los disturbios, sin embargo, seguirá presente por mucho tiempo. Ayer se anunció la quinta muerte de este verano de furia inglés. Richard Mannigton Bowes, un jubilado de 69 años, fue atacado mientras intentaba extinguir las llamas del contenedor de un supermercado durante los disturbios en Ealing, un barrio del oeste de Londres. Un joven de 22 años de un barrio de las inmediaciones, Southhall, fue arrestado por el hecho.
