Nicolás Fernández G. (*)
El aplastante y demoledor triunfo de la presidenta argentina, Cristina Fernández, en las elecciones primarias del 14 de agosto dejó en estado de shock a los medios de comunicación privados, sus voceros, periodistas, analistas, y además, a la oposición política.
La abrumadora diferencia de votos a favor de los candidatos oficialistas, quienes ganaron en 23 de 24 provincias, dejó sin argumentos a los laboratorios mediáticos asesorados por los psicólogos en guerra de cuarta generación, que no han podido aún esbozar argumentos que justifiquen la aplastante derrota sufrida.
La línea argumental iniciada en las últimas horas es refugiarse en considerar, vista la segura debacle de la oposición en las próximas elecciones del 23 de octubre, que serán solamente elecciones a diputados provinciales.
La crisis del capitalismo global, sus intelectuales retrógrados, sus mercenarios encuestólogos y demás caterva de lacras mediáticas, han resultado ser un fiasco digno de suicidio en masa, que muestran el fracaso de un sistema político económico y social que se derrumba día a día, junto a las miserias que ha esparcido durante varias décadas por nuestra querida región latinoamericana y caribeña.
Los triunfos de Dilma, Humala; Cristina y el más que probable triunfo de Chávez, avisoran futuros avances y conquistas de los pueblos en sus luchas contra el imperialismo, sus lacayos y su barbarie.
(*) Comunicador Social
