Agencias

 

 

Durante la tarde continuaron los disturbios en las ciudades de Manchester y Liverpool, así como en los Midlands. La gente arroja piedras a la policía, incendia coches y destruye negocios para armar barricadas. La policía, con escudos, porras y escopetas con proyectiles de plástico lucha desesperadamente por contener a los manifestantes, pero no tiene éxito.

Según TVNZ, en Liverpool los manifestantes atacaron esta tarde a un coche de policía y a dos camiones de bomberos. También hubo coches y grandes tiendas incendiadas en West Bromwich y Wolverhampton, en la zona central de Inglaterra.

 

A pesar de que se insiste en que en Londres la situación se está calmando, en Tottenham fue incendiada una comisaría.

El primer ministro, a su vez, dijo que «estamos preparando la venganza» (fightback is under way). Textual. La ministra del Interior Theresa May ha ordenado a la policía actuar con dureza y con una política de maximizar el número de detenciones.

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Durante la tarde continuaron los disturbios en las ciudades de Manchester y Liverpool, así como en los Midlands. La gente arroja piedras a la policía, incendia coches y destruye negocios para armar barricadas. La policía, con escudos, porras y escopetas con proyectiles de plástico lucha desesperadamente por contener a los manifestantes, pero no tiene éxito. Según TVNZ, en Liverpool los manifestantes atacaron esta tarde a un coche de policía y a dos camiones de bomberos. También hubo coches y grandes tiendas incendiadas en West Bromwich y Wolverhampton, en la zona central de Inglaterra. A pesar de que se insiste en que en Londres la situación se está calmando, en Tottenham fue incendiada una comisaría. El primer ministro, a su vez, dijo que «estamos preparando la venganza» (fightback is under way). Textual. La ministra del Interior Theresa May ha ordenado a la policía actuar con dureza y con una política de maximizar el número de detenciones. Una investigadora de la Universidad de Lund, Suecia, afirma en Dagens Nyheter que el problema de fondo de los disturbios en Inglaterra está en las enormes diferencias económicas que hay en esa sociedad, que tienden a aumentar. Según la investigadora Sarah Scuzzarello, «el problema no está en las deficientes políticas de integración inglesas», como se insiste en círculos académicos. «Los que participan en los disturbios son de distintos orígenes étnicos, hay jóvenes y viejos, mujeres y hombres. Si se quiere buscar el origen del problema, hay que hurgar en las diferencias sociales». Scuzzarello menciona los drásticos recortes a los gastos sociales en los últimos años, y la fuerte reacción popular ante estos recortes por parte de estudiantes, empleados públicos y otros sectores que no consiguen hacer oír su voz. «La distancia entre la élite y el resto de la población es enorme. Los jóvenes se irritan ante el hecho de que los que más tienen son los que se llevan los recursos del Estado, y piensan ¿Si ellos lo pueden hacer, porqué yo no?» continúa la investigadora. Los disturbios se deben a las enormes diferencias sociales acentuadas por la transferencia de dinero estatal a los bancos en estos últimos años de crisis. «Muchos creen que no pueden tener una vida mejor. Los jóvenes han perdido la fe en el futuro, y eso es extremadamente peligroso. Sienten que no tienen nada que perder. Cuando ven que el Gobierno reduce los impuestos de los ricos y quita subsidios a los pobres, entienden que les están engañando. La relación con las autoridades se convierte en hostil», finaliza la investigadora. Por otro lado, a esta hora hay más de 1.335 detenidos entre Londres, Birmingham, Manchester, Nottingham, Bristol y Leicester. Según el Guardian, en Londres se vive una calma frágil, rota por disturbios e incendios ocasionales. Pero en Birmingham, Manchester, Liverpool y muchas otras ciudades los disturbios continúan con fuerza durante la mañana y lo que va de la tarde. A pesar de varias declaraciones de testigos durante la primera hora de la mañana, ahora la BBC y otros medios burgueses insisten en que los tres hombres asesinados en Birmingham no estaban protegiendo una mezquita de los ataques de fascistas blancos, si no «protegiendo locales comerciales». La culpa pasa a ser de los negros e inmigrantes, no de los «Vigilantes» blancos.

 

 

Durante la tarde continuaron los disturbios en las ciudades de Manchester y Liverpool, así como en los Midlands. La gente arroja piedras a la policía, incendia coches y destruye negocios para armar barricadas. La policía, con escudos, porras y escopetas con proyectiles de plástico lucha desesperadamente por contener a los manifestantes, pero no tiene éxito.

Según TVNZ, en Liverpool los manifestantes atacaron esta tarde a un coche de policía y a dos camiones de bomberos. También hubo coches y grandes tiendas incendiadas en West Bromwich y Wolverhampton, en la zona central de Inglaterra.

A pesar de que se insiste en que en Londres la situación se está calmando, en Tottenham fue incendiada una comisaría.

El primer ministro, a su vez, dijo que «estamos preparando la venganza» (fightback is under way). Textual. La ministra del Interior Theresa May ha ordenado a la policía actuar con dureza y con una política de maximizar el número de detenciones.

 

Una investigadora de la Universidad de Lund, Suecia, afirma en Dagens Nyheter que el problema de fondo de los disturbios en Inglaterra está en las enormes diferencias económicas que hay en esa sociedad, que tienden a aumentar.

Según la investigadora Sarah Scuzzarello, «el problema no está en las deficientes políticas de integración inglesas», como se insiste en círculos académicos. «Los que participan en los disturbios son de distintos orígenes étnicos, hay jóvenes y viejos, mujeres y hombres. Si se quiere buscar el origen del problema, hay que hurgar en las diferencias sociales».

Scuzzarello menciona los drásticos recortes a los gastos sociales en los últimos años, y la fuerte reacción popular ante estos recortes por parte de estudiantes, empleados públicos y otros sectores que no consiguen hacer oír su voz.

«La distancia entre la élite y el resto de la población es enorme. Los jóvenes se irritan ante el hecho de que los que más tienen son los que se llevan los recursos del Estado, y piensan ¿Si ellos lo pueden hacer, porqué yo no?» continúa la investigadora.

Los disturbios se deben a las enormes diferencias sociales acentuadas por la transferencia de dinero estatal a los bancos en estos últimos años de crisis.

«Muchos creen que no pueden tener una vida mejor. Los jóvenes han perdido la fe en el futuro, y eso es extremadamente peligroso. Sienten que no tienen nada que perder. Cuando ven que el Gobierno reduce los impuestos de los ricos y quita subsidios a los pobres, entienden que les están engañando. La relación con las autoridades se convierte en hostil», finaliza la investigadora.

Por otro lado, a esta hora hay más de 1.335 detenidos entre Londres, Birmingham, Manchester, Nottingham, Bristol y Leicester. Según el Guardian, en Londres se vive una calma frágil, rota por disturbios e incendios ocasionales. Pero en Birmingham, Manchester, Liverpool y muchas otras ciudades los disturbios continúan con fuerza durante la mañana y lo que va de la tarde.

A pesar de varias declaraciones de testigos durante la primera hora de la mañana, ahora la BBC y otros medios burgueses insisten en que los tres hombres asesinados en Birmingham no estaban protegiendo una mezquita de los ataques de fascistas blancos, si no «protegiendo locales comerciales». La culpa pasa a ser de los negros e inmigrantes, no de los «Vigilantes» blancos.