
Dilma designó al ex-canciller Celso Amorim, como nuevo titular de defensa.
Durante su gestión Jobim fue constatemente cuestionado por su férrea oposición a la instalación de una Comisión de la Verdad que actuará en la investigación con respecto a los crímenes cometidos durante la dictadura entre 1964 y 1985.
Jobim era también contrario a la reversión de leyes que impiden el procesamiento judicial de los ex-represores.
El saliente Ministro de Defensa posee una gran experiencia en la burocracia brasileña, pues también fue titular del despacho de Justicia, durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso.
Jobim llegó a afirmar en una reciente entrevista por televisión, que había votado en las recientes elecciones por José Serra, el candidato de la derecha derrotado por Dilma.
