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El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Lino Barañao, destacó la trascendencia alcanzada por la megamuestra Tecnópolis y dijo que el objetivo del gobierno «es presentarla como una puerta al futuro en el conocimiento y la educación».
«La evaluación es altamente positiva y ya han circulado más de un millón de personas por el predio», indicó el funcionario durante una entrevista con Télam, al cumplirse 19 días de la apertura de la exposición que funcionará hasta el 22 de agosto en la localidad bonaerense de Villa Martelli, en el predio donde funcionó el Batalló 601 del Ejercito.

Se trata del sitio donde en la Semana Santa de 1988, se produjo el alzamiento de los militares «carapintada» y que en la actualidad es sede del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas del Ministerio de Defensa.

«Fuera de los términos cuantitativos -afirmó el ministro- también es positiva cuando uno ve el estado de ánimo de la gente y las caras de asombro y felicidad de los chicos. Es ahí cuando nos damos cuenta de que cumplimos con el objetivo de darle una sensación de optimismo a la población, mostrándole un futuro mejor y accesible».

Tecnópolis, la megaferia de ciencia y tecnología organizada por el Gobierno Nacional como cierre del año del Bicentenario, es gratuita y se realiza en un predio de 50 hectáreas junto a la avenida General Paz, que divide la Capital Federal de la Provincia de Buenos Aires.

Al hacer referencia al objetivo de la megamuestra, Barañao habló de «presentar la ciencia como una puerta a un futuro en el que el conocimiento y la educación son los que generan riqueza y los que generan una actividad productiva».

«Estamos planteando un modelo de país», dijo y aseguró que Tecnópolis «no es sólo una actividad de diversión o de divulgación de la ciencia ya que estamos planteando una alternativa para el desarrollo del país que no se había planteado históricamente».

El ministro consideró que «en la medida en que los jóvenes que andan por las carreras científicas vean que pueden crear empresas tecnológicas, tener un salario digno y resolver los problemas del país aportando conocimientos, estamos marcando un rumbo ideal para que esta política se convierta en una política de estado».

En este sentido, destacó también la presencia de la ciencia argentina en el mundo, producto de múltiples acciones como «el mayor financiamiento, mejores salarios, mejor infraestructura y la vuelta al país de investigadores».

«Estamos financiando por más de 54 millones de dólares proyectos de asociaciones público-privadas para producir resultados concretos. Por ejemplo, medicamentos de última generación, nuevos circuitos para la televisión digital y sistemas de computación para radares», puntualizó Barañao.

Barañao se mostró partidario de sacar de la sociedad «la idea de que la ciencia de un producto aislado» para que «conozca cómo le afecta en la vida, sea para bien o para mal».

«Es significativo que la gente vea que puede usarla efectivamente y que puede recurrir al sistema científico nacional para encontrar soluciones a los problemas cotidianos de salud o de producción», redondeó.