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«¿Cuáles serán las consecuencias de esta cooperación con respecto a la vida privada de los usuarios de BlackBerry y sobre el derecho a intercambiar información libremente sin control ni barreras?», se interroga RSF que se «inquieta por la cooperación de RIM, fabricante canadiense de los BlackBerry, con las autoridades británicas».
Los agitadores en Gran Bretaña se organizaron rápidamente utilizando la mensajería instantánea y gratuita de los BlackBerry, que tiene la ventaja de estar codificada contrariamente a las redes sociales como Twitter. «Si después de la transmisión de datos se proceden a arrestos, convendría interrogarse sobre la validez de las pruebas presentadas, y la legalidad sobre su adquisición», agrega RSF.
La organización advierte «a las autoridades británicas contra toda medida destinada a cerrar o restringir de manera drástica la utilización de las redes sociales, en particular Facebook y Twitter». RSF denuncia finalmente las «demandas» dirigidas del primer ministro británico, David Cameron, a los grandes canales de televisión de «remitir sus filmaciones sobre los disturbios a la policía», lo que convierte a la prensa en «un auxiliar de las fuerzas del orden».
Para la organización, RIM «fue a menudo sometida a presiones de los gobiernos» y aceptó en varias ocasiones «filtrar ciertos sitios, el acceso a datos de usuarios de estos teléfonos o la censura de los servicios codificados», reclamados por «Emiratos Arabes» y «Arabia Saudita».
El director general de ventas de BlackBerry, Patrick Spence, anunció públicamente que la empresa planeaba colaborar con las autoridades. Este anuncio le valió sin embargo a RIM amenazas de represalias hacia sus empleados.