La Jornada

Ciudad de México, julio 23 – La basura en la vía pública que termina en el drenaje es la causa de 50 por ciento de los encharcamientos e inundaciones en la ciudad de México, una urbe que sufre durante el verano la temporada de lluvias.

El director de la Unidad Tormenta del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACM), Miguel Ricaño, dijo en entrevista que uno de los grandes problemas que enfrenta la capital mexicana es la poca cultura ecológica que tienen algunos habitantes que arrojan una serie de objetos «inimaginables» al drenaje.

 

«Podríamos decirlo así, en esta ciudad el 50 por ciento de los encharcamientos e inundaciones es por la basura en la vía pública», señaló Ricaño, quien dirige la operación «Unidad Tormenta» que conjunta varias dependencias del gobierno capitalino para combatir y prevenir inundaciones.

«Hemos encontrado sillones, hornos, estufas en el drenaje de la ciudad y eso colapsa el sistema, sobre todo en temporada de lluvias», señaló el funcionario.

El experto dijo que otro problema que enfrenta la capital mexicana es que la red de drenaje es única, cuando lo ideal sería contar con un drenaje sanitario y un drenaje pluvial. Recordó que hay razones históricas para que esta urbe tenga entre sus retos más grandes lidiar con el agua, pues fue erigida sobre un lago de siete mil kilómetros cuadrados, enfatizó.

La alusión histórica del funcionario es porque lo que ahora es conocido como el Distrito Federal fue en el pasado la Gran Tenochtitlan, capital del imperio Azteca, fundada en el siglo XII por indígenas en las inmediaciones del Lago de Texcoco. «

Por qué remarco siempre siete mil kilómetros cuadrados de lago? Porque esa cantidad de agua es la que tiene que absorber el drenaje de la Ciudad para que no nos inundemos», señaló Ricaño.

La capital mexicana tiene en sus entrañas una red de 12 mil 600 kilómetros de drenaje, que a veces resulta insuficiente durante esta época del año en el que las lluvias han cambiado sus características. Según Ricaño, las lluvias que se han registrado en los últimos años, han sido más intensas de 70 milímetros en una hora, algo que sucedía «si acaso, una o dos veces al año».

«Más que un incremento, hay un cambio en el patrón de las lluvias, llueve de manera distinta a lo que llovía en los últimos años», afirmó Ricaño al explicar que son más frecuentes las precipitaciones que se consideraban atípicas.

«Son lluvias que registran intensidad de tormenta con características de tromba, si antes caían una o dos trombas al año, ahora pueden ser siete en un periodo muy corto» apuntó.

La ciudad de México espera en agosto la parte más intensa de la temporada de lluvias.