Agencias

Dos importantes ministros en Costa Rica anunciaron ayer su alejamiento del gobierno, el canciller René Castro y la titular de Salud, María Luisa Avila, renuncias que siguen desgranando el gabinete de la presidenta, Laura Chinchilla.
Los ministros explicaron a la prensa que sus renuncias formales serán entregadas al Poder Ejecutivo el próximo lunes 1 de agosto, según informaron las agencias noticiosas ANSA y DPA.

Castro venía siendo criticando por nombramientos políticos como embajadores y Avila se vio afectada por la crisis económica que sufre la Caja del Seguro Social.

El nuevo canciller será el jurista Enrique Castillo, actual embajador costarricense ante la Organización de Estados Americanos (OEA).

La esperada dimisión de Ávila, la ministra mejor calificada por los costarricenses en las encuestas, significará un nuevo golpe a la imagen de la gestión de la mandataria, que viene cayendo en los últimos meses, según DPA.

Catorce meses después de haberse convertido en la primera mujer en llegar a la presidencia de Costa Rica con el partido Liberación Nacional, Chinchilla enfrenta varios agrietamientos en su equipo ministerial.

En ese período abandonaron las filas del gobierno la ministra de Ciencia y Tecnología; del Instituto del Deporte; de la Presidencia; de Seguridad Pública y ahora la del canciller y la de Salud.

La semana pasada Chinchilla también perdió una importante figura, el presidente ejecutivo del estatal Instituto Costarricense de Electricidad, Eduardo Doryan, al verse salpicado por la crisis que afecta al Seguro Social, del cual fue su máximo jerarca durante el anterior gobierno del Premio Nobel de la Paz, Oscar Arias.

La popularidad de Chinchilla, que ganó las elecciones de febrero de 2010 con casi un 48 por ciento de los votos, y llegó a conseguir cifras de popularidad por encima del 50 por ciento al asumir la presidencia, comenzó a desplomarse desde comienzos de año.

Poco después de cumplir el primero de los cuatro años de gobierno, los sondeos de opinión determinaron que los costarricenses le señalan a Chinchilla falta de liderazgo y ausencia de rumbo en su administración.

Mientras tanto, el país comienza a experimentar un clima de desasosiego social, con huelgas, paros y protestas provenientes de diversos sectores.