EL CAIRO, julio 8.— Cinco meses después de estallar la revuelta que derrocó a Hosni Mubarak, los egipcios tomaron este viernes la plaza Tahrir para reivindicar el orgullo nacional con una multitudinaria marcha que exigió acelerar la transición democrática.
La movilización del bautizado como «viernes de persistencia» comenzó en realidad desde mucho antes, a juzgar por las arengas, consignas, banderas y pancartas que dominan la emblemática plaza cairota, según constató PL en un recorrido durante la pasada medianoche.
La que el taxista Abdul aseguró será «la segunda revolución», apoyada por la influyente Hermandad Musulmana (HM), promete retomar la plaza Tahrir y ampliar las tiendas de campaña erigidas desde hace más de una semana «hasta que nuestras demandas sean cumplidas».
«El pueblo quiere la caída del régimen», gritaba un potente coro de voces en el corazón de El Cairo para patentizar la insatisfacción de muchos grupos por considerar que pocas o ninguna de sus metas han sido concretadas por el Gobierno (militar y civil).
La participación de la HM se aprecia como prueba de la dimensión del descontento popular, dado que el liderazgo islamista fue reticente a secundar protestas en meses recientes, sobre todo las que abogaban por aplazar las elecciones parlamentarias previstas para septiembre.
Abdul Karim, un muchacho que aprovechó la ocasión para vender mazorcas de maíz asado a la brasa, aseguró que la gran mayoría de los egipcios está disgustada por la forma en que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas ha gobernado el país desde la caída de Mubarak.
Similar percepción tiene la Coalición Juvenil Revolucionaria, que aglutina a movimientos protagonistas de las revueltas de enero y febrero, los que piden el fin de la impunidad y la realización de juicios a ex funcionarios acusados de corrupción y represión, incluido el propio Mubarak.