Miguel Grinberg*

Ostentando postulados ambientalistas, billonarios de Estados Unidos, Canadá, Europa y Asia invierten cada vez más dinero en proyectos filantrópicos adscriptos a una tendencia global que Naciones Unidas rotula como “economía verde”.
Muchos de esos proyectos trascienden a través de la revista financiera Forbes, que desde 1986 publica un ránking anual de la gente más rica del mundo, donde el concepto “billionario” indica en inglés un patrimonio de miles de millones de dólares.

Esa dinámica de clasificación ha sido expandida por el periódico británico The Sunday Times, que con una Lista Verde documenta metódicamente esa filantropía practicada por magnates a los que denomina “eco barones”.

En uno de sus análisis, la publicación expresa que “los ricos globales invierten en áreas tan diversas como los autos eléctricos o fuentes energéticas de índole solar y geotermal, que no suelen ser afectadas por las tendencias recesivas del mercado”.

En referencia a los magnates estadounidenses, el periódico destaca que además de invertir en nuevas tecnologías, esos multimillonarios promueven un activismo ambientalista basado en la preservación de tierras silvestres, el fomento de investigaciones tecnológicas en universidades, y estudios sobre el cambio climático.

Si bien la revista Forbes ha perfilado este año como “el hombre más rico de la Tierra” al empresario mexicano Carlos Slim (con un patrimonio de 74 mil millones de dólares), en la Lista Verde 2011 aparecen los estadounidenses Bill Gates (56 mil millones) y Warren Buffet (50 mil millones).

Semejante impulso “benefactor” no es visto con simpatía en Europa, donde la organización Greenpeace lo denomina “maquillaje verde”, en tanto otros millonarios piensan que se trata de una fórmula para evadir el pago de impuestos con los cuales el Estado podría desarrollar necesarios planes sociales.

Uno de los críticos más enérgicos es el multimillonario alemán Peter Kräme, quien considera que “de ese modo el Estado deja de diseñar políticas ambientales para el grueso de la sociedad, mientras los eco-filántropos diseñan el mundo de acuerdo a sus prioridades personales”.

En la Lista Verde del Sunday Times aparecen también 17 magnates chinos exclusivamente aplicados a fomentar la tecnología de autos eléctricos, mientras a su vez los eco-barones alemanes promueven investigaciones en el terreno de las turbinas eólicas.

Los cinco estadounidenses más adscriptos a esta línea de acción son los ya mencionados Buffet y Gates, Michael Bloomberg (alcalde de Nueva York); David Rockefeller (nieto de John D.

Rockefeller (fundador de la Standard Oil Company), y Ted Turner (creador de la cadena de noticias CNN y máximo terrateniente de Norteamérica).

En otras latitudes, pero con equivalentes premisas ambientalistas, aparecen el francés Serge Dessault (magnate de la industria de la aviación), el suizo Stephan Schmidheiny y el chileno Sebastián Piñera (actual presidente de Chile).

Warren Buffet fomenta múltiples iniciativas vinculadas a la energía eólica, mediante inversiones en esa tecnología en los estados de Texas, Kansas y Oklahoma, y el estímulo al perfeccionamiento de autos eléctricos, en sociedad con la compañía BYD de Hong Kong.

A través de una fundación que lleva su nombre y el de su esposa, Bill Gates promueve el desarrollo del etanol como combustible comercial, apoya a la compañía Sapphire Energy de California para perfeccionar otro combustible a partir de las algas marinas, y también dona importantes sumas para campañas de vacunación en Africa.

Bloomberg promueve la Agenda Verde de Nueva York, e invierte intensivamente en la instalación de paneles solares y turbinas eólicas en los techos de esa ciudad, en nombre de la lucha contra los cambios climáticos.

A su vez, David Rockefeller enfoca sus iniciativas en el plano rural y promueve una denominada “agricultura sustentable”, para lo cual dona grandes sumas a entidades que, según agrupaciones ecologistas, promueven los cultivos transgénicos de las corporaciones semilleras.

El magnate Ted Turner ha centrado sus preferencias en la preservación de la vida silvestre, y posee 15 gigantescos “ranchos” en los estados de Kansas, Montana, Nebraska, Nuevo México, Oklahoma y Dakota de Sur, proclamando que en sus tierras viven 50 mil bisontes.

Las aeroindustrias de Serge Dassault apuestan a los vehículos eléctricos, promueven transportes experimentales de correspondencia con la empresa Electricité de France, y desarrollan programas equivalentes con empresas de Israel.

Schmidheiny, máximo teorizador del “desarrollo sustentable”, preside emprendimientos “verdes” en América del Sur como titular del Grupo Nueva, en nombre de un capitalismo ambientalista, e invierte con ímpetu en la producción británica de paneles solares.

En cuanto a Sebastián Piñera, considerado como el hombre más rico de Chile, preside también la Fundación Futuro, centrada en la preservación de los suelos y los acuíferos, y preconiza el fomento de las energías renovables.