AVN
La Cámara Baja estadounidense dominada por los conservadores aprobó este viernes, por 218 votos a favor contra 210 en contra, el proyecto presentado por los republicanos para evitar el default.
El republicano, John Bohener, logró la aprobación de su propuesta de ley que busca elevar el techo de la deuda, que hoy alcanza los 14.3 billones de dólares, la cual implicaría recortes de gastos por más de 900 mil millones de dólares en 10 años.
La ley aprobada en la Cámara Baja estadounidense ahora será sometida a votación en el Senado, donde el líder demócrata Harry Reid ha dicho que no tiene ninguna posibilidad de éxito porque sería rechazada por el Senado con mayoría del partido Demócrata.
Estados Unidos necesita elevar antes del martes 2 de agosto el límite legal que el Gobierno tiene para endeudarse, de lo contrario se declarará en suspensión de pagos, lo que podría provocar una crisis financiera global.
Desde hace días, la administración de Barack Obama viene advirtiendo la necesidad de aumentar el tope de la deuda, hecho que si no sucede podría llevar a la nación del norte a una nueva y fuerte recesión.
El plan aprobado por los republicanos intenta reducir los presupuestos de varios organismos estatales para recortar el déficit en más de 900.000 millones de dólares a lo largo de la próxima década, además de autorizar un aumento acorde del techo de endeudamiento de la nación para permitirle pagar sus deudas.
El titular de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, declaró que el proyecto no es perfecto pero que representa “la mejor oportunidad que tenemos de presionar” al Jefe de Estado.
Meses atrás, cuando varios gobiernos locales adoptaron medidas drásticas con recortes sociales y limitación de derechos sindicales, se movilizaron en protestas cientos de miles de ciudadanos y trabajadores públicos estadounidenses, lo cual podría repetirse a nivel nacional dadas las medidas que a partir del 2 de agosto, con ley o sin ley aprobada, tendrá que tomar el gobierno de Barack Obama.
El presidente Obama apoya la norma alternativa promovida por el demócrata Harry Reid que contiene recortes presupuestarios similares pero que también incluye ahorros en gastos de guerra y aumento de impuestos a los más ricos, algo rechazado por los republicanos.
