Arnau Fuentes
Nación Red


Lo decíamos hace un par de semanas. La administración Obama está presionando a la OTAN para que de un pasito más en el control progresivo de la red. Más que control, en la disuasión.

En la sesión primaveral de la Asamblea Parlamentaria de la Alianza Atlántica, una entidad paralela a la OTAN de Bruselas, realizada la semana pasada casualmente al mismo tiempo que el G8 y el EuroDIG, se redactaron varios documentos para tratar temas de interés, como la situación en Ukrania, la piratería de verdad (la de la Operación Atalanta y el Alakrana), el sistema de defensa de misiles, la crisis económica (también interesa a los militares) y el titulado “Información y la Seguridad Nacional“.

 

Situado en primer lugar de la lista de borradores, pendientes de aprobar por el comité correspondiente, el documento pasa por encima de los temas como “la gran dependencia de Internet que tienen los gobiernos actuales“, el caso Cablegate, el nuevo (h)activismo, en relación a los casos chino e iraní, el social media y los ciber-ataques y las posibles ciber-respuestas.

En él, se comenta especialmente la reacción al ‘cablegate’, que incluyó medidas de seguridad como prohibir a los empleados de diferentes departamentos de seguridad norte-americano que visitasen la web del New York Times.

Sobre el (h)activismo, comenta los ataques perpetrados a la NASA , los gobiernos israelí e indonesio, algunas páginas web del Partido Republicano, y la Universidad de East Anglia… además de hacer mención especial al grupo Anonymous y sus campañas contra el gobierno australiano y la Iglesia de la Cienciología.

En tanto a las ciber-defensas, se habla del presupuesto de los departamentos de Defensa y Seguridad Nacional americanos, que entre 2010 y 2015 ascenderá hasta los 50 billones americanos de dólares… Un buen pellizco para quien sepa vender ‘soluciones‘.

Según el borrador, durante el mes de Junio, acabado de estrenar, se anunciará la nueva ciber-estrategia de la OTAN, y estará basada en el documento que acabamos de comentar, aún cuando se trata de organizaciones paralelas.

Si tenemos en cuenta los diferentes movimientos que se están llevando a cabo en las últimas semanas, el asedio a Internet va a ser realmente duro si los lobistas de la propiedad intelectual consiguen que los militares les cubran las espaldas.