Juan vive en la localidad bonaerense de Mercedes y se le detectó leucemia meses después de haber sido rociado por una avioneta fumigadora. Podría abrirse una causa penal.
(Red Eco) Buenos Aires – El hecho se produjo en febrero de 2008 cuando Juan, de 4 años, fue bañado por agrotóxicos usados para fumigar mientras jugaba en un predio que pertenece a sus padres y está rodeado de campos de cultivo donde se utilizan estas sustancias. Luego del vuelo a baja altura de la avioneta fumigadora, tanto Juan como sus padres padecieron irritación en la garganta y en las fosas nasales. Meses después, Juan comenzó a debilitarse y apareció sarpullido en su piel. Los médicos diagnosticaron una avanzada leucemia linfoblástica: el 90% de sus glóbulos blancos eran células cancerígenas. Estuvo 8 meses internado y recibió quimioterapia en el Hospital Garrahan, donde los médicos descartaron antecedentes familiares de esta enfermedad y aseguraron que había muchas posibilidades de que esa fumigación haya sido el desencadenante. Luego de que Juan regresara a su casa, la avioneta volvió a sobrevolar sobre ellos: José Milesi, su padre, tomó una escopeta y disparó para alejarla, en pos de que la salud de Juan no se deteriorara. Tras difundir en la zona la serie de fumigaciones y la alta probabilidad de relación con la enfermedad de Juan, las avionetas no volvieron a pasar por su casa, pero los campos se siguen fumigando con agroquímicos por vía terrestre. Mercedes carece de ordenanzas que prohíben las fumigaciones a corta distancia. Lo mismo pasa en Luján, la localidad lindera: allí se presentó en el Concejo Deliberante un proyecto para establecer 800 metros de distancia entre los lugares habitados y los campos a fumigar; luego fue modificado para que la distancia sea de 500 metros. Sin embargo, hasta el día de hoy no fue abordado en el recinto. Durante la última sesión ordinaria (dedicada a tratar este proyecto) los concejales alegaron que no lo habían podido estudiar en detalle. En este sentido, los vecinos manifestaron que lxs ediles evaden este tema porque roza intereses económicos y denunciaron que algunxs dijeron que, por estar en año electoral, “no les parecía prudente que sea el mejor contexto para regular las fumigaciones”, es por eso que se reúnen en las puertas del Concejo Deliberante para exigir que se trate y apruebe un proyecto de ordenanza que regule las distancias para las fumigaciones. Graciela Gómez, abogada de la familia Milesi y de otras víctimas de agroquímicos en distintas provincias, aseguró que la Defensoría del Pueblo de la provincia de Buenos Aires le solicitó información del caso para abrir un expediente. Además, comentó que en la próxima semana podrían comenzar las acciones legales contra los dueños de los campos, la Municipalidad y se abrirá una causa penal. Respecto al vacío legal en términos de uso de agrotóxicos en zonas habitadas, Gómez indicó que “las leyes provinciales no sirven” y que las legislaciones son “confusas” debido a la multiplicidad de jurisdicciones y a la debilidad de los organismos que debieran ejercer el control en el uso de estas sustancias tóxicas. Es por eso que además reclama la sanción de una ley a nivel nacional para esta problemática a la que denominó “una locura sanitaria” y que se pretende ocultar. A su vez, el ingeniero Claudio Lowy continúa la huelga de hambre en la puerta del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, exigiendo la reclasificación de los agroquímicos para que su rótulo exprese la toxicidad real de los mismos, contemplando los riesgos que la exposición crónica genera en la salud de las personas y en el medioambiente. Lowy recibió apoyo de organizaciones de todo el país, mientras las autoridades desoyen sus pedidos e ignoran el incremento de víctimas de los agrotóxicos.
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