Página12

 

Los “indignados” que desde mediados de mayo se manifiestan en París han decidido diversificar sus métodos de protesta y llevarla a diversos barrios de la ciudad, después de que la policía les haya impedido congregarse en la emblemática plaza de la Bastilla.

El grupo señaló ayer en un comunicado que dentro de las acciones previstas para hacer oír su descontento se han organizado tanto para hoy como para este fin de semana diversos cacerolazos, con las que servirse del “ruido metálico como grito reivindicativo”. Unas ochenta personas celebraron esta tarde la primera frente a la estación de Lyon y se trasladaron posteriormente a un bulevar aledaño a la Bastilla para mantener una nueva reunión de las comisiones que se han creado para cuadrar las reivindicaciones. Una treintena de agentes, según explicó uno de los organizadores, Bruno Gangloiti, siguieron de cerca y rodearon al grupo, pero no paralizaron la protesta ni se produjo ningún tipo de escena violenta.

El domingo pasado, día en que llegaron a concentrarse cerca de un millar de manifestantes espoleados por el desalojo de la plaza Cataluña, de Barcelona, fueron expulsados de la Bastilla con ayuda de gases lacrimógenos y desde entonces no pueden congregarse en la plaza.