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La titular de la organización de Derechos Humanos aseguró hoy que «una cosa son los Schoklender y otra cosa las Madres», en referencia a las investigación que se le sigue al ex apoderado de la entidad. «Igual voy a seguir creyendo en la gente», agregó.
Y continuó: «Me pegan a mí, le pegan a Cristina. Si me pegan a mí, no pasa nada… ¿qué más me puede pasar a mí?, pero no quiero que la toquen a la Presidenta porque no tiene nada que ver con esto», advirtió.
Desde las oficinas de la entidad ubicada en el barrio porteño de Congreso, Bonafini ratificó esta mañana la continuidad del proyecto Sueños Compartidos nacido hace cinco años para erradicar villas miserias y construir barrios con todos los servicios.
«El proyecto no se detiene, los pagos están todos, y los van a cobrar, y si en algún momento el depósito no alcanza, venderemos lo que haya que vender, pero se pueden quedar todos tranquilos porque vamos a pagar lo que haga falta», aseveró.
Recordó que el proyecto Sueños Compartidos «nació de la mano de Sergio y era muy interesante» al precisar que «fue presentado al gobierno de -el ex presidente Néstor Kirchner- y de Jorge Telerman -ex jefe de Gobierno porteño- y fue aceptado».
«Involucra a la gente de las villas para que tengan trabajo, se capaciten, estudien, tengan un jardín maternal para sus hijos, centros de salud y talleres para que se integren al mercado laboral», explicó, y aclaró que «el barrio decide después para quiénes van a ser las viviendas».
Para Bonafini, la denuncia contra Sergio Schoklender y la difusión dada por los medios sirvieron para «agrandar la imagen de las Madres», y esa convicción nace de «la gran solidaridad que recibimos, desde un panal para que saquemos miel, hasta corazones dibujados en una cartulina».
«Sienten que si les pegaban a las Madres, les pegaba a ellos», opinó y contó que recibe llamados «que conmueven».
«Una mujer de la provincia de Chaco me dijo que quería venir el jueves a la marcha para darnos apoyo, y un señor preguntaba cómo hacía para estar con nosotras porque está en silla de ruedas», agregó.
Además de la solidaridad de los anónimos, Bonafini rescató «el apoyo del Gobierno, de la CGT, que para nosotras es muy importante» y a «los periodistas honestos de los medios que he dado entrevistas, porque a los demás no les doy notas», dijo.