Citando fuentes no identificadas, Le Fígaro indicó que Francia ha lanzado en paracaídas “grandes cantidades” de armas, incluyendo lanzadores de cohetes, rifles de asalto, ametralladoras y misiles anti-tanque en la región Jebel Nafusa.
La decisión de enviar armas sin consultar a sus socios de la OTAN fue “porque no había otra forma de proceder”, dijo un fuente de alto rango.
Los rebeldes ubicados en la región de las Montañas Occidentales al suroeste de la capital, hicieron su mayor avance en semanas el domingo para llegar a la ciudad de Bir al-Ghanan, donde están ahora combatiendo en contra de las fuerzas de Gaddafi por el control.
Funcionarios del ministerio de Defensa no pudieron ser contactados inmediatamente para realizar comentarios y un funcionario del ministerio de Relaciones Exteriores dijo que no manejaban asuntos operacionales y no podía comentar sobre el informe.
El vocero del gobierno, Fracois Baroin rechazó hacer comentarios.
Le Fígaro indicó que ha visto un mapa confidencial sellado por los servicios de inteligencia franceses mostrando varias áreas en las montañas incluyendo Yafran y Nalut bajo el control de rebeldes donde las armas podrían ser enviadas.
Luego de una reunión entre el presidente francés Nicolas Sarkozy y el jefe rebelde Mahmoud Jibril, el ministro de Información del Consejo Nacional de Transición, Mahmoud Shamman, le dijo a los reporteros el martes que no han pedido más asistencia militar.
“Estamos consiguiendo nuestros medios militares de otros lugares», dijo Shamman, sin dar más detalles.
Los rebeldes afirman que han estado recibiendo armas de Qatar en particular a través de su bastión en Benghazi.
Sarkozy ha tenido una cercana relación con los rebeldes desde que los aviones franceses atacaron primero a Libia como parte de un mandato respaldado por La ONU para “proteger a civiles”.
Mientras que la intervención terrestre ha sido descartada, Sarkozy anteriormente prometió aumentar los ataques aéreos. A principios de junio, helicópteros franceses y británicos se unieron en operaciones para darle a la misión de la OTAN más “precisión de ataque» y ayudar a acelerar una conclusión militar.