Carlos Maldonado
Barómetro Internacional
El Mediterráneo se estremece. Qué iba a imaginar aquel profesional tunecino, obligado a vender frutas por necesidad de ingresos para él y su familia y reprimido por la policía por hacerlo en un área no autorizada para ello, que su inmolación sería la chispa, el aleteo de la mariposa que provocaría un gigantesco huracán en el Mediterráneo y zonas sub-secuentes.

A raíz de ese hecho, los tunecinos se desembarazaron del tirano que los aplastaba, les siguió Egipto quien lo hizo de Mubarak. Ese tornado se dirigió a la península árabe donde Yemen y Bahrein se prendieron en llamas. Ellas siguen consumiendo en el primero a Saleh pero fueron extinguidas en el otro con el auxilio del ejército de Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos con auspicio de la VI flota de Estados Unidos acantonada allí precisamente para mantener el orden sobre una zona colmada de recursos muy preciados para el Imperio. Escozor les causan las revueltas no digamos las revoluciones.

Obama, el liberto a quien el gobierno profundo del Imperio, sentó en la Casa Blanca, ha dicho junto a los corsarios del G-8, que simpatiza con las protestas árabes, más que con verdadera devoción con ánimo de justificar la injerencia vergonzosa, petulante y sangrienta que mantiene con sus bombardeos, con beneplácito de traidores y mercenarios, sobre el glorioso pueblo de Libia a quien, con cinismo puro, dice defender. Igual que a los pueblos iraquí y afgano.

En una amañada estrategia con el sionismo, ha expresado la marioneta aquella que: “Estados Unidos está seguro de que las negociaciones (entre Israel y Palestina deben finalizar con la realización del principio de dos Estados con la fijación de fronteras permanentes palestinas con Israel, Jordania y Egipto y unas fronteras permanentes entre Israel y Palestina. Las fronteras entre Israel y Palestina han de mantenerse de acuerdo con las trazadas en 1967, con el intercambio mutuo y voluntario (de territorios)…”. Palabras que recién dichas fueron aniquiladas por el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu dejando entrever que el discurso del “negrito” es cháchara de la más barata y que aquel se presta a hacer el ridículo siempre y cuando siga ostentando el mote de Presidente de los Estados Unidos de América.

El sionista y racista Primer Ministro israelí, en propio territorio norteamericano, se ha negado rotundamente a la propuesta de Obama, dejándole claro quién es el que manda en su país. Ese lobby sionista que comanda el gobierno profundo y nadie más.

De esa cuenta, al pobre diablo lo han enviado sus amos a que, con su elocuente y serpentil discurso, que para eso lo tienen, en la reunión del G-8, le eche flores a la “primavera árabe” a quien ese gobierno profundo, no solo ha dislocado comprando a algunos de sus líderes aviesos quienes dinamitándola por dentro, ahora se disputan a codazos la “ayuda generosa” que les proporcionará el Imperialismo, reprimiendo a los dirigentes genuinos y sus pueblos quienes seguirán igual de pobres, marginados y aniquilados. Su revolución, sus sueños naufragan arremolinados rumbo al tubo del desagüe. Apesadumbrados contemplan que en sus países lo que hubo fue un simple cambio de mando y punto. ¡Muera el rey que viva el rey!

Mientras tanto, a los países que no se han querido someter al encanto de la víbora, bombardeos indiscriminados; uso de mercenarios locales y extranjeros para desestabilizar a sus legítimos gobiernos y arremeter contra sus pueblos; robo descarado de sus recursos a través del congelamiento y confiscación de sus recursos financieros y bancarios y, bloqueo comercial. Y, por supuesto, cerco desinformativo por parte de sus transnacionales noticiosas a través de cero o el mínimo de crónicas que hablen de sus atrocidades en dichos países y, por supuesto, el apuntalamiento del discurso reiterativo de la protección a esas poblaciones que, pobrecitos, están “bajo la bota de los tiranos”. ¡Descaro total! Pero los lamentos, poco importan. La mentira es parte fundamental en esta nueva modalidad de guerra.

Ahora, la bestia envilecida contra Irán y Venezuela, acusando a ambos de propiciar el terrorismo, utilizando tácticas cajoneras de su amarillento libreto: bloqueo comercial a uno de los puntales de la economía caribeña como es Petróleos de Venezuela S. A. –PDVSA– y la captura de empresarios iraníes y españoles en una supuesta conjura para vender armamento a Irán y Venezuela. Trama que no se debe perder de vista pues serán, no lo dudo, los argumentos con los cuales elevarán ante la opinión pública las mentiras con las cuales adornarán los “delitos de terrorismo” de aquellas naciones y justificar su ataque.

Se presentó antes de lo que imaginé lo que sospechaba sucedería. No pudiendo tener tan sencillamente en sus manos el petróleo libio, por la resistencia gloriosa de su valeroso pueblo es urgente asegurar fuentes más importantes y quizá de más fácil consecución, en sus mentes imperialistas, como es en este caso, Venezuela por su asimetría militar con la potencia del Norte.

La zozobra y la desesperación son malas consejeras. Pero son los únicos recursos que le quedan al Imperio ante la atosigante realidad de su consumo que si nos es mantenido al ritmo de lo que acostumbran cotidianamente, se les viene abajo el sueño americano, pues éste es gozado solo por un poco más de la mitad de la población. El restante es invisibilizado. Sus angustias para conseguir el pan diario no figuran en las series paradigmáticas que de esa cultura nos transmiten las principales cadenas de entretención en el mundo. Luces y lentejuelas.

Realmente por ello, el mundo en su gran mayoría no sabe que Estados Unidos está en graves problemas. Muchos aún quieren emigrar allá y muchos todavía, pretenden construir su sociedad a imagen y semejanza de esa nación. Ignoran el espejismo.

Pero bueno, hay que anotar que muchos pueblos tampoco se tragan eso de las guerras “humanitarias”, ni las promesas de salir de la crisis cuando ven sus beneficios caer abruptamente. Cuando ven como les arrancan sus planes de bienestar social, sus seguros contra desempleo, sus jubilaciones, cuando sus programas de educación y salud son privatizados, cuando sus planes de retiro son disminuidos sustancialmente. Eso que ganaron sus abuelos a través de luchas y que ahora los jóvenes gozaban hasta hace muy poco pues hay que salvar a los grandes bancos y los especuladores.

Si las revoluciones árabes resultaron, por el momento, neutralizadas, el aletazo de mariposa del joven tunecino inmolado por su crítica situación personal, que es la de millones, se sigue extendiendo, no solo a esta parte africana y árabe del Mediterráneo, sino a la parte europea de él traspasando incluso los Balcanes.

El Imperialismo ahora sí está en problemas. Cosas tremendas sucederán dentro de muy poco. Lo sé. Sangrientas, apocalípticas, estremecedoras, pero heroicas y épicas.

La época de cambio ha llegado y ha llegado para quedarse y transponer el antiguo régimen. Es la ley del cambio universal.

Dentro de las concepciones milenarias de los pueblos, apuntaladas con las investigaciones del científico belga Ilya Prigogine, de una u otra manera, el aleteo de una mariposa puede desatar un enorme huracán o un terremoto al otro lado del mundo. Y, lo que hoy se vive en Europa, en el mundo islámico, en Asia y no faltaba más, en nuestra América, es en una u otra medida por la inmolación, fruto de la impotencia, de un pobre padre tunecino desempleado.

Hay que estar atentos no a los desmanes del Imperio y sus secuaces sino a los brotes de rebeldía que cual sarampión se extienden sobre el cuerpo enfermo del planeta. Luego de pasadas las erupciones tendremos un cuerpo limpio. Como dirían los cristianos; una tierra y un cielo nuevos. Al fin y al cabo eso es fruto de la sabiduría popular.

Fuente: Publicación Barómetro, 02-06-11