Los observadores de Derechos Humanos divisaron el pasado 15 de abril, la caída de varias bombas de racimo sobre distintas áreas residenciales de la ciudad libia de Misrata, según informó el domingo, PressTV.
Los observadores, junto con un reportero de New York Times, recogieron varias muestras de las esquirlas de las bombas. Las primeras declaraciones al respecto apuntaban a que estos explosivos, de tipo MAT-120, habían sido utilizados por las fuerzas pro-Gadafi en un intento de recobrar el control sobre Misrata.
Centenares de civiles han muerto por las ofensivas de la alianza extranjera en Libia desde que comenzara la operación “Odisea de Amanecer” en este país norafricano, que, paradójicamente, aseguraba actuar para evitar muertes civiles.
Una bomba de racimo o bomba «clúster» es un explosivo de caída libre, o dirigido, lanzado desde el aire o desde la superficie, que al alcanzar una cierta altura se abre dejando caer cientos de sub-municiones de alto poder explosivo, antipista, antipersona, perforante, incendiaria, etc., que en muchas ocasiones causan sangrientos desmembramientos y muertes.
718 personas han muerto bajo los bombardeos de la OTAN, según diversos reportes sobre el terreno