La idea de la propiedad está en todas partes. Títulos de propiedad de casas y la seguridad de la propiedad es tan importante para los propietarios de empresas como lo es para usuarios. Sin embargo, hay un grave problema cuando se trata de la llamada Propiedad Intelectual (PI) que requiere un fuerte liderazgo del gobierno. Ilustrando la importancia de un análisis objetivo de los complejos problemas sociales venezolano, en palabras del Dr. Gálvez, se “… ha reproducido una rearticulación ampliada de los patrones desarrollistas de un Keynesianismo tardío, dónde por ejemplo, el discurso del «microcrédito» como fórmula de emprendimiento, la educación como mecanismo de ascenso en las capas sociales y toda una serie de prácticas del funcionalismo capitalista del Estado Benefactor” “hicieron crisis a finales de los años 80” son nuevamente ensayadas por el “Socialismo del siglo XXI” en Venezuela (1).
El mito de los Derechos de PI lo han elevado a tal importancia como nuestros derechos a los patrimonios culturales, los carros, el aceite comestible, alimento, etc. PI “supone que anima a los inventores y la inversión” necesaria para llevar sus productos a la “salud o mercado”. En realidad, las patentes a menudo suprime la invención en lugar de fomentarlo y las empresas compran patentes para evitar que posibles rivales conviertan en productos sus invenciones para que no compita con los suyos. Por otra parte, los precios que cobran, sobre todo para los productos tecnológicos como farmacéuticos, a menudo son extremadamente superiores a los necesarios para cubrir los costos y obtener ganancias razonables.
Los Derechos de PI han infiltrado todas las áreas del quehacer científico. Incluso en las universidades, la ciencia y la innovación, que ya han sido pagados con el erario público (2), se privatizan y se revenden al público a través de la adquisición de patentes por los intereses comerciales (3). La unidad para la comercialización de la ciencia ha superado no sólo la investigación aplicada, sino también, el conocimiento es subvertido por la necesidad de ganancias.
Se estima que un alto porcentaje de los genes humanos han sido patentados o ya han sido presentadas en patentes (4). Como resultado, la investigación sobre ciertos genes se limita en gran medida a las empresas que tienen la patente, y las pruebas que involucran son comercializadas a precios prohibitivos, representando un peligro para el desarrollo de la ciencia y al interés público.
Los resultados de la ciencia y la innovación han sido enriquecidos por nuestra sociedad y la economía desde hace años, pero una mayoría de naciones no pueden acceder en esos sistemas de regulación que a menudo lo excluye, vulnerándole el conocimiento que de ello resulta. Tenemos que proponernos en experimentar la manera de equilibrar la ciencia con las necesidades de la industria para que esta situación no genere desespero en el acceso de los conocimientos producidos por ella.
Está claro que es de vital importancia proteger la ciencia y permitir que se desarrolle. La ciencia como los beneficios que producen desempeña un papel crucial en nuestra historia y permite mejorar el bienestar humano. Sería negligente si no reconocemos la importancia de la ciencia como la industria y la inversión en investigación para el desarrollo económico nacional y regional, pero en contra de estos intereses económicos (individuales, corporativos y nacionales), una consideración primordial debe tener el interés del público y de la humanidad presente y futura. La ciencia como una industria puede estar en el pináculo, pero los beneficios de la ciencia tienen que ser puestos al servicio del público de manera eficiente y a menor costo.
Esto es de especial preocupación en los países en desarrollo, donde los medicamentos e instrumental tecnológico que están disponibles de forma rutinaria en países de altos ingresos, son de difícil acceso. Las desigualdades existentes, en esencia, del conocimiento científico que tienen las naciones en desarrollo los hacen prisioneros de los países más avanzados tecnológicamente en cuanto a salud como de necesidades básicas de desarrollo tecnológico y son restringidos en su participación en la investigación que les permita corregir este desequilibrio.
Para que la ciencia y el conocimiento práctico nieguen la complejidad de la realidad ésta debe responder a nuestras necesidades, es necesario que el conocimiento que se genere se haga libre y ampliamente disponible. Los Derechos de PI actualmente tienen la tendencia a ahogar el acceso al conocimiento y el libre intercambio de ideas que es esencial para la ciencia. Así, lejos de estimular la innovación y la difusión de los beneficios de la ciencia, la PI obstaculiza el progreso científico y restringe el acceso a sus productos.
Nosotros, Especialistas en Gestión de la Propiedad Intelectual, exploramos estos problemas para señalar los caminos que puedan permitir soluciones más eficaces para la protección del conocimiento que la ciencia y la innovación para el interés público en cuanto al producto que se obtenga de la transferencia Tecnológica. Hacemos un llamado a todas las partes interesadas para encontrar mejores maneras de entregar las creaciones de la ciencia donde más se necesitan.
Documentos:
- http://www.tribuna-popular.org/index.php/internacional/solidaridad/8491-ique-esta-pasando-con-el-chavismo-o-la-doctrina-nacional-liberal-latinoamericana-i
- http://www.usb.ve/nuevo_papel/index.php?id=8909
- http://www.pila-network.org/
- http://es.paperblog.com/el-genetista-craig-venter-crea-por-primera-vez-vida-sintetica-158739/
(*)Abogada-Lic. en Química. Especialistas en Gestión de la Propiedad Intelectual: alejaalvarez1@hotmail.com – f.oscar.f@gmail.com