Fernando de la Serna (*)
Los diarios de la oligarquía mediática nacional e internacional nos tienen acostumbrados a montar operaciones e instalar matrices de opinión para estigmatizar a los integrantes de organizaciones sociales, sobre todo si trabajan para las personas más necesitadas.
El modus operandi de estas usinas desestabilizadoras de la prensa mundial, es trabajar coordinadamente para socavar cualquier iniciativa popular que implique la mejora de la calidad de vida de los pueblos.
En Argentina, los dos diarios emblemáticos de la rancia aristocracia monopólica son los conocidos La Nación y Clarín, ambos ligados a todos los golpes cívico-militares acontecidos en tierras de San Martín y el Che Guevara.
En los últimos años, las organizaciones sociales argentinas han transitado por etapas de resistencia al neoliberalismo y tratan ahora, aún con contradicciones, de construir espacios de participación y protagonismo popular que incluyan a buena parte de la población infantil. Para ello articulan a veces con organismos del gobierno que abren sus espacios a las organizaciones libres del pueblo.
En el marco de la preparación de una comitiva que va a participar de la próxima Cumbre Social del MERCOSUR en Asunción del Paraguay, los días 28 y 29 de junio, el diario La Nación intentó vincular a organizaciones sociales con los temidos “barrabravas de fútbol”, individuos que ejercen violencia en los campos de juego del deporte más popular del mundo.
En el único ámbito de participación social con el que cuenta la Cancillería Argentina, se presentó sorpresivamente en una reunión de la comisión de Deportes, Recreación y Tiempo Libre, uno de estos personajes que reivindicó su profesión de barrabrava, siendo rápidamente separado del grupo de organización de un torneo de futbol infantil a llevarse a cabo de manera paralela a la mencionada Cumbre Social de Asunción.
El canalla diario La Nación armó con este dato una operación para desprestigiar el ámbito de participación de la sociedad en la institución que lleva las relaciones internacionales del país, y presentó la noticia de manera de estigmatizar a las organizaciones asistentes a la reunión de la que varios niños sudamericanos de 11 y 12 años estaban pendientes para poder jugar al fútbol junto a compañeritos de los otros países del Mercosur.
Para el diario oligarca y el periodista autor de la nota, Nicolás Balinotti, “La voz llenó la sala con sorprendente fuerza. «Soy árbitro profesional y barrabrava de Tigre», se presentó Jesús en una reunión del Consejo Consultivo de la Sociedad Civil de la Cancillería.
Según el derechista diario “El asombro se apoderó de los participantes del encuentro. Intervino, incrédulo, un miembro de la Defensoría del Pueblo… y la presencia del barrabrava alteró los ánimos y los proyectos del Consejo Consultivo”
Tras el hecho, cuenta el tendencioso periódico, “el barrabrava no integrará la comitiva oficial que prevé viajar el mes próximo a Asunción con motivo de la Cumbre Social del Mercosur para las sociedades civiles. También, claro, fue apartado del consejo”.
El diario logró así empañar la labor de las organizaciones sociales que trabajan con el fútbol como herramienta de inclusión social logrando poner en riesgo la realización del mencionado torneo del MERCOSUR, que se encuentra al borde de la suspensión.
Tal decisión de los organizadores de la comisión de deportes del mencionado consejo consultivo de la sociedad civil (única instancia consultiva de la cancillería Argentina) ha sido la respuesta a un ataque mediático que desestabiliza las construcciones sociales que se intentan realizar para enfrentar al neoliberalismo y los poderes mediáticos, brazos armados de las oligarquías internacionales.
Los buitres del periodismo utilizaron el lamentable hecho de un barrabrava “plantado” para enlodar y estigmatizar la digna labor de varias organizaciones que ad honorem trabajan para las niñas y niños más pobres.
(*) Comunicador popular
