Marcos Salgado
Question Digital

El presidente Hugo Chávez lleva 11 días fuera de Venezuela desde que fue operado de urgencia en La Habana, tras el diagnóstico repentino de un absceso pélvico. Desde la capital de Cuba toma decisiones, despacha, asigna recursos… en suma, gobierna. Pero aún así hay espacio para las especulaciones malintencionadas y los globos de ensayo de la mediática occidental.

La ausencia algo prolongada del líder de la Revolución Bolivariana del territorio nacional y la falta de información certera sobre cuándo podría regresar (en este punto hubo hasta contradicciones, un diputado del PSUV dijo que el regreso era inminente y el ministro de Comunicación e Información lo desmintió) generan un escenario propicio para los “globos de ensayo” como el que se lanzó anoche, que tuvo a la agencia francesa AFP como iniciador y a referentes turbios de la “sociedad civil” venezolana como amplificadores.

Repasemos los hechos: ayer lunes, a las 11.02 pm (hora Caracas) AFP envía un cable con carácter de “URGENTE” que rezaba: “Chávez admite que su enfermedad es “más complicada de lo pensado”. El cable lleva la firma de tres periodistas de esa casa, identificados -como se estila en las agencias- por sus iniciales: “nl”, “bl” y “rpl”.

Nótese la gravedad de la “información” que AFP lanzó a rodar. El cable asegura que la fuente es el mismísimo presidente Chávez. Pero no indica cuándo, dónde ni a través de qué vía se manifestó el mandatario venezolano.

Cualquier periodista profesional sabe que su deber es incorporar toda la información confirmada en el momento que se dispone de ella, así sea para lanzar un presuroso “urgente”. En estos casos, se emite la primera información y luego -lo más rápido posible- ésta se amplía con más datos.

Ahora, ¿una agencia que asegura ser “seria” en el tratamiento de la información puede emitir un cable como el que anoche envió AFP?. Claro que no. No debe emitir ese cable porque falta información básica. Se pone en boca del Presidente una revelación clave, pero no se indica a través de qué vía lo manifestó. Es decir ¿de dónde sacó AFP la información? Un dato clave que debería haber estado disponible en el primer urgente.

Es decir que, “nl”, “bl” y “rpl” y los despachadores de la información a la hora de colocarlo en el servicio de la agencia dieron por válido un cable que no cumple con reglas básicas de la profesión. Y lo hacen, además, sumando veneno e intencionalidad. Reparemos en el título y única línea del urgente:

“Chávez admite que su enfermedad es “más complicada de lo pensado”.

Admitir algo connota una marcha atrás, un reconocimiento de algo que estaba oculto o que se había mantenido en secreto. El textual posterior refuerza la idea de una declaración oficial, cuando se cita entre comillas, se le está diciendo al lector (o en este caso a los periodistas que reciben el servicio de AFP) que -de una u otra forma- son ellos quienes “escucharon” a Chávez decir eso o -lo que es equivalente- éste lo manifestó por escrito en forma oficial.

A las 11.25 pm (CCS) emiten otro urgente donde piden: “Favor anular este alerta, la información está equivocada”. El cable lleva las mismas iniciales anteriores. Un par de horas después (nos imaginamos las consultas febriles en el amanecer parisino) emitieron otra alerta, donde aseguran que el cable inicial “fue divulgado por error debido a la publicación de esa información en una cuenta falsa de Twitter”.

Aunque no aclara a qué cuenta de Twitter se refiere, vamos a asumir que se trata de @chavezcadanga, una cuenta similar (salvo por una letra) a la del jefe de Estado venezolano (@chavezcandanga). Desde la primera, anoche a las 10.27 pm. se lanzó está mentira, atribuyéndola al presidente Chávez: “mi enfermedad es más complicada de lo pensado…” y sigue en esa línea, tratando de generar confusión y desazón.

Es decir, que el/la periodista de AFP que vio ese tweet (¿o alguien se lo reenvió?) no se tomó el trabajo de entrar a www.twitter.com/chavezcandanga para verificar el “trino”, chequear la información con otras fuentes, consultar con la redacción central la pertinencia de emitir una información tan sensible, telefonear a funcionarios del gobierno… entre otras muchas medidas de comprobación doblemente necesarias en este caso.

Además, si se trató de una “confusión” (el o la periodista no notó la trampa con los nombres de las cuentas y creyó que provenía de la cuenta oficial) ¿por qué no indicó en el mismo cable inicial la fuente?.

¿Cómo se explica semejante omisión a los procedimientos habituales (y que deberían ser obligados) del periodista profesional, cometida no por una sino por varias personas? De una sola manera: AFP se prestó a una operación de prensa, destinada a atrapar a medios electrónicos y periodistas en las redes sociales, de un lado y del otro, incautos y no, que amplificaran el tweet apócrifo para instalar generar zozobra e instalar la idea que en torno a la recuperación del presidente las cosas no son como la información oficial lo refiere.

Lo que se conoce en la política y el periodismo como un “globo de ensayo”. Esta vez fue AFP. Otras veces lo asumió de buen grado la agencia española EFE. También se cuentan casos en los últimos años de la estadounidense AP. Arietes contra Venezuela, su pueblo y su gobierno.

Globos de ensayo que seguirán, y que demanda doble atención, mayor rapidez y mucho profesionalismo de los periodistas que dentro del Sistema Nacional de Medios Públicos y también en decenas y decenas de medios comunitarios y populares asumen el periodismo militante, el periodismo en revolución, como una tarea profundamente ética, para los que los manuales de la facultad no alcanzan ni de lejos.


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