Oswaldo López Martínez/Entrevista

El exViceministro de Relaciones Exteriores certifica que las cátedras de formación política que ofrece se basan en tres ejes a los que él califica de “prioritarios”: difundir ideología, investigar y formar cuadros políticos para la generación de conceptos que contribuyan con el fortalecimiento de la ideología socialista.

A lo interno del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) hacen vida dos corrientes que debaten cuáles son los mecanismos, políticamente correctos, para la selección de aspirantes a cargos de elección popular. Un grupo se inclina por el proceso de cooptación (escogencia interna de personas para asumir una determinada responsabilidad) mientras que el otro bando hace lo propio con las elecciones primarias.

El exteniente coronel de la Aviación, en situación de retiro, William Izarra confiesa –en entrevista exclusiva para el quincenario LA CUMBRE– ser partidario de que quienes hayan sido seleccionados por un grupo, sin tomar en cuenta la posición de la militancia pesuvista, deben prescindir de sus responsabilidades “como un gesto revolucionario”.

“Yo diría, inclusive, que la dirección nacional, si tiene conciencia revolucionaria, tiene que de inmediato dejar esos cargos libres y darle la oportunidad a las bases(…) He recibido denuncias de revolucionarios que se quejan, y hasta lloran, porque ahora son subalternos de quienes antes eran adecos, copeyanos y ahora están dentro del PSUV como autoridades”, acota.

Izarra carga en contra de ciertas desviaciones y vicios evidenciados, según  él, en algunos dirigentes de la tolda roja (sin mencionar a quiénes se refería), confirmados, por lo demás, en las Cinco Líneas Estratégicas de Acción Política. “El partido sigue siendo una estructura reformista, cuarta republicana, coercitiva, asimétrica, que impone, que anula; no te permite que tú desarrolles tu pensamiento; te liquida desde el punto de vista de la creación política”.

–¿Usted participa, de alguna manera, en el tema de la formación política-ideológica en la dirección del PSUV?

–Fíjate en una cosa: a mí la dirección nacional del PSUV nunca me ha convocado para nada; al igual que nunca me ha censurado, por lo menos directamente, tampoco me ha convocado.

La elaboración política-ideológica o los modelos conceptuales que yo utilizo son producto de mis reflexiones, de mis análisis y de mis estudios; desde este punto de vista puede haber, o no, coincidencia con la línea ideológica del partido. En todo caso, el desarrollo que yo vengo elaborando responde a una reflexión profunda sobre la relación que se hace de las realidades y la interpretación de las variables que te permiten, entonces, definir el escenario actual.

–Pero es sabido que en el seno del PSUV la toma de decisiones se consultan en asambleas donde participa la dirigencia y, en muchos casos, la militancia. Sin embargo, usted dice que la línea ideológica de sus cátedras es producto de investigaciones propias, ¿no será por esta razón que el partido no le ha llamado?

–Yo siempre planteo el torbellino de ideas. Es decir, la toma de decisiones no está sustentada en un hombre; sería todo lo contrario a lo que yo vengo promoviendo como centro de formación ideológica: promover la unidad del poder popular y la participación del colectivo para la toma de decisiones (…) No trato de ser un poseedor de la verdad, más bien trato de ser humilde en ese aspecto.

Yo lo que tengo es un conjunto de conocimientos y los expongo, y si alguien aquí hace una crítica negativa para incrementar o mejorar mi posición, entonces bien bueno será…

DEL DICHO AL HECHO…

El también profesor de la Universidad Central de Venezuela asegura creer en el liderazgo del presidente Hugo Chávez. Sus observaciones –arguye– le han llevado a la conclusión de que el Jefe de Estado “va por el lado correcto”, mientras, considera, que algunos mandos en el partido de gobierno se inclinan hacia tesis que evaden los cambios radicales, los cuales, a su juicio, edificarán los pilares de una revolución socialista.

“Cuando vemos que todavía se consolidan los poderes de gobiernos regionales, basados en clientelismo, vemos que hay un estancamiento ideológico y hay un retroceso político. Por eso digo que la revolución es un proceso de eslogan para quienes practican el clientelismo; en vez de darle conocimiento, luces y permitir que las comunidades, por la vía del conocimiento, de la educación y de la propia elaboración de sus propios conceptos que requieren para la práctica, se eleven y se emancipen. Hay quienes asumen la revolución como un eslogan: ‘yo, fulano, el que más ha hecho por este estado’, entonces colocan al pueblo en esa condición de clientelismo”.

“Yo veo al Presidente Chávez con mucha claridad ideológica, pero en la ejecución de las líneas que se requieren para que eso se materialice, por la omisión, por negligencia por pérdida de la perspectiva de algunos dirigentes, hacen que la revolución siga siendo un eslogan”

–¿Es decir que usted cree que el presidente Chávez dirige las políticas hacia un lado, mientras que algunas instituciones, bajo el control de la revolución, van hacia otro rumbo que se aleja del socialismo?

–¡Yo sí lo creo! A lo mejor está generalidad no es justa, pero yo no he visto todavía consecuencia de algunos gobiernos regionales y locales con las líneas del presidente Chávez. Yo tampoco quiero parecer un pesimista, sólo quiero precisar, desde el punto de vista conceptual, lo que yo observo del proceso revolucionario. Yo creo que ya es hora de que alguien se levante y asuma, a nivel de los gobiernos regionales, la vocería y le pregunte al pueblo: “ustedes, comunidad, qué es lo que hay que hacer. Yo rindo cuentas, ¿qué requieren?”

–Usted comenta que existen debilidades tanto en lo organizativo y más aún en lo ideológico. Ahora, según su criterio, ¿qué se puede aportar para cambiar esta situación?

–Fíjate, a lo mejor parece muy simplista pero es lo que yo sostengo: En la medida que tú elevas conciencia por el estudio, por la reflexión, por la enseñanza, por la elaboración intelectual, en esa medida tú conoces por qué vas a luchar y te revistes de una coraza ética para no caer en desviaciones ni en corrupción. Esa coraza te da los suficientes elementos para la acción revolucionaria (…) para entender el proceso, para defenderlo, para restar cada vez más a la contrarrevolución y para creer realmente en la vía revolucionaria.

–Dentro de todo proceso político existen fallas, pero más allá de ellas ¿cuál es la fortaleza que se observa en la Revolución Bolivariana?

–Yo considero que la presencia de un líder como Hugo Chávez es una fortaleza, desde el punto de vista de la claridad, para indicar hacia dónde debe ir el proceso revolucionario. Chávez es una fortaleza por su postura antiimperialista…

–Hay personas identificadas con la izquierda que afirman ser revolucionarios, mas no chavistas, ¿usted cómo se define?

–Me defino chavista. Yo sí creo en Chávez porque es un factor indispensable para continuar la senda de esta revolución (…) Para que se pueda profundizar este proceso, cosa que, aclaro, no va depender únicamente de Hugo Chávez. Es necesaria la capacidad del conocimiento, del estudio y del estímulo de la conciencia por parte de los grupos de base y de los colectivos organizados…

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Colocar en un cuadro

La amenaza hacia los ideales

Durante su estadía en la Fuerza Armada Nacional, William Izarra revela que sufrió  persecuciones y un juicio en el año 1981, durante el Gobierno de Luis Herrera Campins, por enarbolar la bandera del marxismo-leninismo en los cuarteles. “Para los oficiales superiores, principalmente los generales, yo era un oficial que estaba marcado con esto”.

Quien fuera senador al extinto Congreso de la República por el Movimiento Quinta República expone que, dentro de los establecimientos castrenses, un grupo de militares de alto rango suponían que debía haber un cambio en la estructura política del país hacia un nuevo modelo con un mayor sentido social. Es así como –resalta– las contradicciones existentes permitieron crear un movimiento revolucionario de militares activos (previo al MBR- 200) denominado R-83, que se estableció entre los años 1979 a 1985.

“Podía decirse que este grupo tenía una connotación marxista. Quizás sin manejar a Marx, como los marxistas puros, uno manejaba algunos elementos de esta teoría. De hecho, el método para la toma del poder estaba previsto por la vía de la acción violenta (…) Yo no soy un estudioso profundo ni empedernido del marxismo, quiero hacer esa aclaratoria. Creo que hay rasgos y elementos del marxismo que deben ser considerados y que pueden estar vigentes”.

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IDEOLOGÍA SIN DOGMATISMO

El otrora encargado de ideología del Comando Maisanta –durante el referendo ratificatorio del Primer Mandatario Nacional– se ha dado a la tarea de establecer cátedras de formación ideológica en varios lugares del país desde el 2004, a objeto de explicar en qué consiste el Socialismo del Siglo XXI al que ha llamado el presidente Hugo Chávez ha construir “en las entrañas del pueblo”.

Izarra indica que los talleres de formación política que ofrece están basados en tres ejes: difundir ideología, investigar para la generación de conceptos que aporten en la consolidación del Socialismo del Siglo XXI y la formación de cuadros políticos. “Hemos encontrado mucha receptividad en lo que respecta a discusión y formación por parte de las comunidades. Sin embargo, el centro de formación ideológica queda sujeto al voluntarismo. Nos encontramos con un grupo voluntario que creen en eso: En la discusión ideológica y creen en la necesidad de fortalecer el proceso revolucionario desde el punto de vista teórico-conceptual”, explica.

El ideólogo argumenta que la interrelación entre los ensayos realizados por los filósofos de izquierda podrá generar un pensamiento más avanzado, adaptado a las circunstancias actuales. “El Socialismo del Siglo XXI, que es un asunto digerible, es un aporte de todos estos pensadores que buscan la emancipación de los pueblos pero que tiene rasgos propios de cada región, de cada país, de su historia, de su sangre, de sus aborígenes y de su propia concepción histórica”.

“Yo entiendo que el Socialismo del Siglo XXI no es marxismo, se puede nutrir del marxismo, como se puede nutrir de Mao (Tse-Tung) o de Ho Chi Minh, sobre todo con el concepto de la defensa integral, que debe tener mucha fundamentación en la guerra de larga duración y en la guerra estratégica (…), pero decir que esto es puramente marxismo, no lo creo”, analiza.

¿Socialismo del Siglo XXI o Socialismo en el Siglo XXI?

Algunos estudiosos de la izquierda tradicional estiman que el Socialismo del Siglo XXI parte de una sola premisa basada en las investigaciones que realizaron los filósofos alemanes Carlos Marx y Federico Engels. Otros, por el contrario, creen que se debe partir del marxismo pero con la suma de otras investigaciones, lo que daría nacimiento a esta corriente del pensamiento progresista. Izarra, desde su perspectiva, lo concibe como un sistema que posee tres elementos relacionados entre sí: la producción socialista, la democracia directa y el bien común. “Estos tres elementos deben operar de manera armónica en todo lo que tiene que ver con la toma de decisiones por parte del colectivo para definir el destino de la sociedad”.

Izarra considera que la realidad política venezolana posee características viables para la materialización de esta tesis político-económica, pero está  convencido que, en 12 años, aún no se ha profundizado lo suficiente como para cambiar las estructuras que en la actualidad se rigen por el Estado Burgués. “Yo creo que todavía no está claro el concepto de revolución. Todavía la etapa de transición se ha alargado por la ausencia de conocimiento profundo sobre la revolución de factores que han influido muchísimo en la decisión o en la orientación de este proyecto”, subraya.

–Usted es conocido como una persona que hace análisis críticos para colocarlos en el centro del debate. ¿Qué valoración hace de la gestión de su hijo, Andrés Izarra, como el actual Ministro de Comunicación?

–Yo no conozco exactamente la gestión de él como Ministro. Conozco la relación como hijo pero como Ministro yo todavía no te puedo evaluar eso.

–Pero él ha estado tres veces en ese ministerio.

–Yo no tengo elementos, porque no tengo como compararlo. ¿Con qué lo comparo? No tengo todavía el conocimiento de qué es el plan comunicacional para uno decir: “estás bien o estás mal”…

–¿Hay o no una revolución comunicacional, en estos momentos, que se rige por ese ministerio?

–Yo voy a estudiar eso porque no lo he estudiado. En una próxima entrevista yo te puedo hacer ese análisis. Ahorita no quiero hablar; por un lado, porque hay una relación familiar afectiva y, por otro lado, porque no me he puesto a analizar (la política comunicacional) como lo he hecho con el proceso revolucionario que lo veo todos los días.

Citas textuales

“Las misiones rompen el esquema burocrático, se salen del control del Estado. Yo supongo que esa debe ser una de las ramificaciones que se requieren fortalecer pero, ¿por qué se abandonan las misiones? O sea, ¿por qué las misiones no son como eran al principio? ¿Quiénes están a cargo de ellas?”