Agencias
El Palacio de Buckingham se viste de gala para recibir a Barack Obama y su mujer, Michelle. La cena transcurre con normalidad hasta que llega el momento del brindis. El presidente estadounidense se pone en pie, alza su copa y comienza a hablar. De repente se oyen los primeros acordes del himno oficial británico God save the Queen y la sala entera se pone en pie.
Según el protocolo en ese momento todos deben escuchar la sonata reverenciándola, pero en cambio, Obama decide terminar su discurso y se gira hacia la reina Isabel II para brindar.
La Reina le mira de soslayo y vuelve a dirigir su mirada hacia el salón, dejando al presidente estadounidense con cara de circunstancia. Minutos después, cuando acaba el himno, la anfitriona, cumpliendo el estricto protocolo inglés, brinda con Obama.