Sus palabras fueron emitidas en el foro «Estado y Comunicación: el caso Pérez Becerra», organizado por el Foro Social Mundial este sábado en la sede de Cotrain, en La Florida. González compartió tribuna con Gonzalo Gómez, miembro de Aporrea.org; el escritor Giulio Santosuosso, y el fotógrafo Iván Maiza. En total, 26 de los asistentes pidieron derecho de palabra en un evento que se extendió por casi 4 horas, la enorme mayoría expresando su disgusto, ya sea en torno a la extradición o en torno al cierre del debate en entes gubernamentales.
«Él hace lo mismo que todos nosotros, exactamente igual»
La comunicadora se mostró muy preocupada de que «en un documento oficial del país quede sentado un precedente donde se diga que Venezuela es inquebrantable en su condición de perseguir el terrorismo». Se acusó de terrorista a «Joaquín Pérez Becerra cuando él hace lo mismo que todos nosotros, exactamente igual. Él representa una agencia de noticias, él representa además un sector de resistencia, salvo que me demuestren lo contrario. Y es una fuente que hemos estado usando los últimos años, permanentemente», dijo la comunicadora en referencia a ANNCOL, la Agencia de Noticias Nueva Colombia, que aparece citada al menos 300 veces por el sitio web de Telesur.
Es comúnmente aceptado que el uso de términos como «terrorista» y «lucha contra el terrorismo» por parte del gobierno estadounidense y sus aliados, ha ayudado a justificar invasiones y ataques militares a países como Afganistán, Irak y Libia, así como el arresto, tortura y asesinato de luchadores sociales y contrincantes políticos en todo el mundo. Por ello, muchos analistas han advertido de la peligrosidad de que, desde gobiernos progresistas, se copien estos términos.
González fue destituida de su cargo de presidenta de La Radio del Sur el pasado 9 de mayo, dos semanas después de la extradición del periodista Joaquín Pérez Becerra a Colombia. La emisora fue uno de los pocos entes del Estado venezolano que continuó brindando una cobertura imparcial de los hechos, que fueron omitidos de prácticamente todos los otros medios del Estado venezolano.
Extraoficialmente se ha conocido que hubo una fuerte discusión en una reunión de medios públicos el mismo día de la extradición, entre el ministro de Comunicación, Andrés Izarra, y la periodista González por el referido comunicado. Izarra habría admitido el error, pero también exigió que no se hablara más de Pérez Becerra en los medios públicos. En el Correo del Orinoco y en Vive TV las órdenes de callar también causaron fuertes polémicas y disgustos entre sus trabajadores, y también causó fuertes discusiones a lo interno en movimientos como el de Periodismo Necesario.
«La invisibilización real que hubo en los medios de comunicación no sólo existió en VTV o La Radio del Sur ; yo trabajo en un medio de comunicación donde también hubo una represión y una persecución para que no se hiciera crítica alguna», denunció una de las 26 personas que intervino en los derechos de palabra del foro, quien pidió a los comunicadores presentes permanecer en el anonimato. «Nosotros creemos fielmente en el debate, que se hace en momentos de no tantas crisis, porque es una retórica bonita e importante, pero cuando finalmente se realiza se le califica de hiriente, persecutoria y hay que coartarla».
Separa los casos de YVKE Mundial y Radio del Sur
La periodista González, quien también dirigió la emisora estatal YVKE Mundial hasta el año 2009, explicó la diferencia entre las dos salidas: «Cuando salí de YVKE Mundial, yo sencillamente encontré una explicación muy clara: estuve 5 años y medio en YVKE Mundial con un equipo extraordinario que hizo un trabajo maravilloso y sin un centavo de presupuesto. Llegó el presupuesto, llegó el (actual director) y punto. No explico más. Cada quien interprete de forma racional. Pedí a la gente que estaba conmigo que no abandonara, que los barcos no se abandonan en un momento como ese, que siguieran para ver si se podía mantener lo que se había creado. Para sorpresa mía, absolutamente todo fue cambiado.» En esa primera ocasión, la ministra de Comunicación era Blanca Eekhout, hoy diputada de la Asamblea Nacional.
Continuó González: «Pero cuando me pasa esta segunda vez, ya lo tengo más claro. El ministro (Izarra) decide sacarme de allí, y esta vez sí digo que hubo un lamentable error que me causó una enorme preocupación». La periodista se refirió a la posición que «Venezuela, desde el comunicado del Ministerio del Interior y Justicia, suscribió; en donde acusan a este señor periodista sueco de terrorista, de contribuir en financiamiento a actos terroristas y de crímenes. Allí la cosa es diferente. Quiero creer que fue un lamentable error político comunicacional -no fue diplomático porque la Cancillería no tuvo nada que ver en el asunto- y lo quiero poner en el campo del error y no de algo hecho adrede; un error que después no se supo enfrentar. Y entonces, como lo más fácil es la represión, pasó lo que pasó».
Problemas entre el ministro y los trabajadores de la emisora
González también explicó un problema en torno a los trabajadores de la emisora: «Hay una segunda parte en La Radio del Sur que quiero comentarles: el ministro siempre le ha tenido el ojo puesto a La Radio del Sur porque yo tengo gente allí muy valiosa, que debería estar en Telesur si fuera el proyecto para lo que nació originalmente. (Estos trabajadores) fueron desplazados (de Telesur) por situaciones personales con el señor Izarra, que decidió otra cosa. Estaba en su derecho, era el presidente de Telesur. Él está en su derecho de escoger con quien trabajar y yo también estaba en mi derecho, puesto que fui nombrada presidenta de La Radio del Sur y decidí escoger a estas personas porque me parecieron extremadamente valiosas, honestas y serias».
Una lista de trabajadores de Radio del Sur a ser despedidos habría sido una de las imposiciones que Andrés Izarra puso a Desiré Santos Amaral, la nueva directora de la emisora, según informaciones extraoficiales. La medida aún no se ha concretado.
Al respecto, una de las personas que intervino en los derechos de palabra, el Sr. Carlos Yánez, denunció que «se ha empezado una campaña de descrédito por Twitter y otras redes sociales, donde se amenaza a trabajadores de La Radio del Sur porque son argentinos y colombianos». Indicó: «Creo que una revolución como la bolivariana no debe preguntarse nunca qué viene a hacer un revolucionario del mundo a Venezuela; creo que es algo xenófobo. Un revolucionario debe tener las puertas abiertas en cualquier revolución del mundo».
Cristina González, quien también es profesora de Comunicación Social en la UCV, alabó el artículo «Extradición» de Luis Britto García y el artículo «Los tres monitos» de Maryclen Stelling, «que creo que es durísimo y me sirvió a mí para reflexionar». También recordó el artículo «¿Quién controla la TV?» de Eleazar Díaz Rangel, basado en una investigación de AGB, según la cual el 70% de los venezolanos ven la televisión privada, el 25% ve televisión por cable y sólo el 5% sigue al Sistema Nacional de Medios Públicos. «Eso debe ser un dato para revisarnos», insistió.
Dijo además: «El ministro está en la potestad de destituirme y yo acepto mi destitución, pero también tengo derecho a defender lo que yo creo, y por eso el domingo pasado comencé mi programa leyendo mi Código de Ética del Periodista venezolano (…) yo sigo con mi Código de Ética por delante, porque contribuí en la comisión que escribió ese código en su momento».
Que la derecha no sueñe
Sin embargo, acotó que por ningún motivo permitirá que la derecha utilice su destitución para beneficiarse.»Mi caso no ha sido para nada represión a la libertad de expresión. Donde voy, me expreso donde quiero, y sigo teniendo mis programas de radio (en RNV) donde digo lo que quiero», dijo González, y enfatizó que esa fue su postura cuando fue contactada telefónicamente por personas del IPYS (Instituto Prensa y Sociedad, ente de investigación asociado a la derecha latinomaericana), que trataban de hacer ver su caso como un ataque a la libertad de prensa en Venezuela.
También pidió al Partido Socialista Unido de Venezuela asumir la orientación y la formación ideológica de las y los militantes del proceso.