Ernesto Krol


Por fin, los amigos del norte acabaron (¿?) con la vida del super-archi-antiguo amigo-luego enemigo de Osama Bin Laden. El Frankeinstein de la CIA fue según los medios masivos de creación de realidad norteamericanos, muerto por un equipo de las “seals”, las fuerzas especiales de la marina estadounidense formadas por  unos 2300 hombres de élite.


Las Seals, un acrónimo de Sea, Air y Land (Mar, Aire y Tierra) que también significa «foca», son el grupo de asalto en una clásica misión de «asesinato-captura».


El premio Nobel de la Paz inicia su campaña política con esta puesta en escena, que incluyó una marcha «espontánea» del pueblo yanqui hacia la casa blanca, agradecido por  el “asesinato humanitario” ordenado por su nuevo héroe caza- terroristas.


Ahora si que el mundo es un lugar menos seguro.


Obama ha expuesto al pueblo de los Estados Unidos a represalias imaginables hasta para el mejor guionista de Hollywood, aunque especialistas internacionales ya pronostican operaciones de Al Qaeda, quien sabe en que parte del mundo.