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La candidata conservadora para la Presidencia del Perú, Keiko Fujimori, hija del ex dictador apresado Alberto Fujimori, quedó mal parada tras la denuncia de que dos prófugos de la justicia peruana hacen campaña por ella en Chile y la revelación de que su suegro fue condenado por evasión impositiva en Estados Unidos.
“Por la severidad de las leyes tributarias estadounidenses, mi padre recibió tres años de libertad condicionada” pero “nunca fue arrestado, ni esposado o encarcelado”, dijo el esposo de Fujimori, el ciudadano estadounidense Mark Vilanella, en un comunicado.
En la nota, que fue difundida sólo después de que el canal estadounidense Univisión revelara el episodio, ocurrido en 2000, Vilanella afirmó que su padre fue involucrado a raíz de “la equivocada modalidad de compra que utilizó” para la adquisición de un automóvil.
Univisión también informó que dos tíos directos y un tío político de Vilanella incurrieron en delitos fiscales por haber introducido datos falsos en los libros de su empresa neoyorquina Empire Cold Type Composition.
“En los procesos de sus hermanos, mi padre no tuvo responsabilidad alguna”, aclaró en el comunicado el esposo de Fujimori, un ingeniero que trabaja para una transnacional de computadoras en Lima, aunque se le ve permanentemente al lado de su esposa.
Por otra parte, el candidato a segundo vicepresidente de la fórmula del nacionalista Ollanta Humala, que competirá con Fujimori en el balotaje, Omar Chehade, denunció que dos prófugos de la justicia peruana, acusados de corrupción, están haciendo campaña a favor de aquélla en Chile.
De acuerdo con esa denuncia, se trata de Eduardo Calmell y Daniel Borobio, quienes eran respectivamente dueño de un diario y publicista del gobierno durante la administración (1990-2000) del padre de Keiko, Alberto Fujimori, actualmente preso por delitos de corrupción y lesa humanidad. Ambos están acusados de haber recibido sobornos de ese régimen.
Humala y Fujimori afrontarán una de las últimas pruebas este domingo, cuando debatan por televisión.
