-Entrevista con el economista marxista Fernando Azcurra en Buenos Aires

 

Andrés Figueroa Cornejo


En el núcleo de Buenos Aires, Argentina, en medio de un barrio Almagro de calles cuadriculadas, exactas e infinitas, el entrevistador se da cita con el luchador social, marxista y académico de Economía de la Universidad Nacional De Luján, Fernando Hugo Azcurra. La excusa tiene mérito propio: el viernes 6 de mayo, a las 19:00 hrs., en la sede Capital de la Universidad de Luján, Ecuador 873, en Buenos Aires, el economista presentará su última obra “Plusvalor y Excedente”. La cubierta del libro tiene la reproducción de un Carlos Marx de precisos 40 años de edad.

-¿Qué busca la publicación?

“Trata de hacer algunas puntualizaciones respecto del desarrollo de la teoría del valor, tanto en los clásicos, como especialmente en Marx. Se trata de relevar aspectos del trabajo abstracto que es muy mal entendido incluso por especialistas en teoría económica entre los propios marxistas. Me interesa dar cuenta de la vigencia de la ley del valor en la relación de cambio entre trabajadores asalariados y empresarios.”

-¿Qué quieres decir con teoría del valor?

“La teoría del valor apunta a explicar la fuente de por qué valen las mercancías, la que tradicionalmente se desenvolvió mediante la denominada ‘teoría objetiva del valor’. Contrariamente a lo que se piensa, Carlos Marx no tiene una teoría del valor al estilo de Adam Smith o de David Ricardo, aun cuando toma temas y problemas que ellos recogen. Marx lo que hace es resituar la cuestión del valor en términos de un análisis del proceso de producción de mercancías. Por eso su obra cumbre –‘El Capital’- arranca precisamente de la mercancía. De este modo, Marx reubica esta cuestión y jerarquiza toda su labor teórica, sosteniendo el análisis de la mercancía y la vigencia de una ley del valor como principio unificador de toda su concepción. En Marx, la ley del valor es la base de su  análisis del modo específicamente capitalista de producción.”

-¿Y el trabajo abstracto?

“El trabajo abstracto es  el contenido explicativo de la causa del valor de las mercancías.”

-¿Y en qué consiste?

“El proceso de producción o de uso de la fuerza de trabajo, genera un excedente. Yo intento precisar exactamente cuál es la tarea analítica-explicativa de Marx al respecto, diferenciándola en dos momentos: el momento formal y el momento real.”

-¿Cuáles son esas distinciones?

“En el momento formal, Marx señala que existe una vigencia de la ley del valor porque ella persigue los intercambios equivalentes entre mercancías. Y en el momento real, que corresponde al uso de la fuerza de trabajo, se observa que la ley del valor no rige, porque la ley del valor gobierna la apropiación de magnitudes equivalentes. Distintamente, en el momento real hay una expropiación del uso de la fuerza de trabajo. Ese es el origen del excedente.”

¿Cuál es la relación que existe entre plusvalor y excedente?

“El excedente no es una característica del modo capitalista de producción. El excedente es un hecho normal de toda civilización en la que los trabajadores generan un producto superior al que les permite sobrevivir. Bajo el esclavismo, el feudalismo, en el modo asiático de producción, se origina siempre excedente. El excedente es una condición de vida de la civilización.”

¿Cuáles son las determinaciones y consecuencias del excedente?

“En los modos de producción esclavista, feudal y asiático, el excedente tiene un carácter físico. En el capitalismo el excedente, además de ser físico, es expresable en términos de valor porque es un excedente en mercancías, y las mercancías  son valores de uso que tienen un valor. Eso permite homogeneizar en el capitalismo las diferentes cantidades de uso que existen. De otra manera, no se podrían medir.”

-¿Entonces qué es el valor?

“La capacidad del trabajo socialmente considerado que se expresa mediante una determinada magnitud y que homogeniza todos los productos conocidos bajo el capitalismo. Ahora el valor no es simplemente un excedente. Sino que es un excedente en su categoría de valor y en términos de plusvalor. Y el plusvalor es el valor de más que produce cualquier trabajador en la jornada laboral a partir de la reproducción del valor de su fuerza de trabajo. Es decir, el plusvalor es la forma que adquiere históricamente el excedente en la fase capitalista de producción.”

-¿A qué conclusiones arribas en tu investigación?

“Igual que en otras civilizaciones, la generación del excedente contiene, a su vez, qué clase social se apropia del excedente. Desde hace miles de años, en general, son las clases propietarias de los medios de producción. Otra de las características esenciales del excedente es que tras él existe una relación jurídica entre los medios de producción y el trabajador. Si el trabajador es considerado como un animal, se está en el esclavismo; en el feudalismo el trabajador es considerado libre, pero siempre despojado de sus medios de producción; y si por su producción recibe una paga, se está en un sistema capitalista. Entonces, aquellas clases minoritarias no trabajadoras son propietarias y tienen su estatus de dominación, mientras que los trabajadores no propietarios están subordinados y dominados por aquellas. La clase capitalista, en sus diversas variantes, es propietaria no trabajadora; y los trabajadores son no propietarios. Este tipo de relaciones es específica al interior de una relación invariante que recorre todas las sociedades de clases. Ello posibilita la expropiación del excedente y la distribución por parte de las clases altas de acuerdo a sus intereses y dominación.”

-¿Bajo un régimen no capitalista, qué ocurre con el excedente?

“La sociedad continuará produciendo un excedente, y tomará una nueva denominación y una nueva forma de distribución en función de la relación jurídica formal entre los trabajadores y sus medios de producción. Y estos últimos, dejarán de ser propiedad de una clase, y serán también una forma social de producción. La distribución corresponderá al conjunto de la sociedad  según sus necesidades, y no según las necesidades de sólo una parte de la sociedad.”

-¿Y la ley del valor?

“La ley del valor habrá dejado de regir. No se trata de una ley natural, como la ley de gravedad. Es una ley histórico-social. Es objetiva, pero no es eterna: surge de relaciones específicas de producción entre individuos de una sociedad.”

-¿Por qué hay que escribir un libro sobre estos temas?

“Porque dentro del cúmulo de conflictos que presenta la sociedad burguesa, se encuentra el combate por el dominio del conocimiento, y en especial, del conocimiento científico. Las instituciones académicas, de investigación, de desarrollo, establecidas, sostienen que sus producciones son científicas. Por lo tanto, estarían avalando todo un sistema de relaciones, de fundamentos y argumentos, que en realidad no son tales. La lucha por el conocimiento científico es parte, tanto de la apropiación de ese conocimiento, como de la verdad en el sentido científico. Se descubren así, relaciones ocultas que se manifiestan como armónicas cuando son no armónicas; relaciones que se muestran como justas, cuando son injustas. La lucha teórica es una lucha política. La lucha por el conocimiento científico forma parte de la práctica de los pueblos también.”

-¿Para quién es el libro?

“Para toda persona que pelee y se sienta indignada ante las desigualdades e injusticias de este sistema. Que haya implosionado la Unión Soviética no significa ni significará una absolución del capitalismo y sus atrocidades.”

DIFERENCIAS ENTRE ARGENTINA Y CHILE

-¿Cómo evaluarías la situación del marxismo en la actualidad?

“La teoría económica de Marx no se ha detenido, aunque no ha avanzado tanto como uno pudiera desear. Hay un número de economistas que sigue defendiendo las ideas de Marx. Están Anwar Shaikh, Gerard Duménil, Duncan Foley, Edward Kliman, David Laibman, Guglielmo Carchledi, en fin. Sin embargo, es justo señalar que el marxismo en los últimos 40 años ha estado a la defensiva desde la perspectiva teórica. Aun lo sigue estando desde el desarrollo que tomó la teoría económica de Piero Srraffa, el cual planteó nuevas formas para considerar los problemas con los que habían trabajado David Ricardo y Marx, y les dio una solución diferente sobre todo en lo que corresponde a la teoría del valor. El debate presente más profundo está entre la teoría sraffiana y el marxismo.”

-¿Desde cuándo proviene la fase del liberalismo capitalista radical que domina en Chile?

“Entre los 50 y 60 del siglo pasado, el conflicto en occidente estaba dado entre el keynesianismo y el monetarismo de Milton Friedman, la figura central más liberal dentro de los más liberal que siempre ha sido la economía burguesa. La lucha estaba planteada en los marcos de la macroeconomía y en el ámbito académico. El marxismo, en tanto, se mantuvo ignorado en las academias.

Ese conflicto persistió. Mediante una avanzada de Friedman, una especie de misioneros de la reacción a escala internacional, en el caso de Chile, encontraron un plafón de tipo político-militar sobre el cual desarrollar ideas que, desde la práctica, han resultado nefastas y sin ninguna comprobación empírica.”

¿Cómo podrías sintetizar las distancias esenciales entre la sociedad económica argentina y la chilena?

“Hay diferencias en las clases que administran el Estado y, por tanto, en las que administran las políticas económicas. En Argentina tenemos una administración de la sociedad y la economía desde la pequeña burguesía democrática que se enfrenta -con sus más y con sus menos, dentro del propio sistema y no para superarlo- con la derecha tradicional. Esta no es una derecha tradicional oligárquica, sino la que se ubica en las grandes corporaciones internacionales. Y la administración de Cristina Fernández cree que puede constituir una especie de burguesía nacional que desarrolle al país en términos del mercado interno y su protección, a través de medidas arancelarias y otras.

En Chile, la administración del Estado está en manos directamente del empresariado asociado a las corporaciones internacionales, y en ningún caso puede pensarse en una pequeña burguesía democrática o burguesía nacional que aspire, al menos, a elaborar políticas económicas pro mercado interno, y que, por lo tanto, impliquen en sus políticas a los sindicatos y a los trabajadores como potenciales aliados. Chile sigue siendo un ejemplo de lo más atrasado teóricamente a nivel económico y ultraliberal, siguiendo al pie las teorías de Milton Friedman. Y pienso que hasta que todo esto no desaparezca, Chile continuará sufriendo, desgraciadamente, un enorme atraso social. Y serán los trabajadores los que tendrán que producir hechos contundentes, porque desde los sectores medios, desde la pequeña y mediana empresa, no habrá ninguna acción como las jugadas aquí en Argentina. En mi país, la pequeña burguesía es fuerte, no va avanzar más allá de lo demostrado, pero permite, por ejemplo, tener legisladores y leyes ‘progresistas’”.