Agencias
Luego de la decisión de suspender su uso por las denuncias sobre efectos graves a la salud de los gases lacrimógenos de procedencia ‘israelí’, el ministro chileno de Interior, Rodrigo Hinzpeter (fotografía), aseguró que los estudios realizados arrojaron la inocuidad de estos elementos disuasivos.
El secretario de Estado agregó que el mismo elemento adquirido por los Carabineros de Chile es comprado al mismo proveedor y usado “por todas las policías del mundo, como Alemania, Japón y Suiza”.
Destacó que frente a la duda surgida por la polémica, el Gobierno suspendió su utilización, durante esta semana. El martes pasado había prohibido temporalmente el uso de los químicos hasta el resultado de informes médicos sobre sus efectos.
“Pero una vez que el Gobierno posea la convicción de que no hay efectos dañinos para la salud, autorizará su utilización”, manifestó el ministro de gobierno del presidente Piñeira.
De esta forma, los Carabineros podrán utilizar los gases (del tipo CS) en granadas, o por medio de las tanquetas o mezclados con el agua del denominado “guanaco”.
La polémica surgió cuando los medios hicieron eco de estudios, principalmente de un experto toxicólogo de la Universidad de Chile, quien asegura que la continua exposición a estos químicos, puede provocar severos efectos a la salud, incluso abortos.
Mientras tanto el ex general director de Carabineros, Fernando Cordero, repudió la decisión del Gobierno de suspender el uso de lacrimógenas, pidiendo que de ser abortivas, no se acerquen las embarazadas.
Un gas lacrimógeno es un tipo de arma química. Fueron utilizados en la Primera Guerra Mundial y en la actualidad pueden llegar a ser disparados contra la población civil para provocar lagrimeo, irritación y ceguera temporal. Los compuestos químicos utilizados más habitualmente son el bromuro de bencilo o el gas CS (o-clorobenzilideno malononitrilo).