
«Cuanta pequeñez y cuanta resistencia, cuantas incongruencias y pecados están presentes en la vida sacerdotal», ha sentenciado Ezzati al saberse esta semana de un nuevo caso de pederastia en el que está vinculado un ex clérigo.
Este miércoles el Ministerio Público solicitó penas de prisión efectiva para el ex sacerdote Alberto Muñoz Quintero, acusado de nueve delitos de abuso sexual contra menores de edad ocurridos en Curacaví, localidad vecina a Santiago, en conjunto con su pareja Pamela Ampuero.
El imputado, a quién la justicia chilena pide 15 años de cárcel, fue descubierto por una investigación televisiva que mostró cómo buscaba niñas en la calle y las llevaba a moteles de la zona sur de la capital.
Ezzati ha agregado que «frente al Señor y de cara a los hermanos queremos asumir lo que nos confunde y avergüenza, lo que nos hace pedir perdón es nuestro propio pecado, nuestra propia inconsistencia, nuestra propia basura».