Por Carlos Jonás Martínez
Estimado Luis:
Leo con avidez de lector y revolucionario que pretendo ser, sus profundos análisis de la situación política nacional: artículos publicados en varios medios de comunicación popular.
Esta es mi primera vez en que me anima enviar una opinión a medios alternativos de comunicación donde el debate de ideas es una constante, pero las circunstancias e imágenes captadas por mi retina y consciencia, me obligan con respeto a enviarle mis opiniones sobre la Cumbre Lobo-Santos-Chávez.
No me considero un pequeño-burgues, como usted ha catalogado a quienes, como yo, consideramos el encuentro Chávez-Lobo un craso error histórico-político de la revolución bolivariana.
Usted expresa que es “Muy difícil imaginar que el “repentino” visitante a la reciente reunión de los presidentes Chávez y Santos (nos referimos al presidente de Honduras, Lobo) sea una jugarreta diplomática Santos sorprendiendo a Chávez en su buena fe”.
Obviamente eso va de suyo, el comandante no hubiera aceptado tamaña maniobra sin su correspondiente aviso previo: esto es lo que más duele. Lobo es el heredero de un golpe sangriento contra el hermano pueblo hondureño que hasta hoy lamenta sus muertos en “combate popular” y continúa resistiendo a pesar de la represión que aún mantiene el gobierno de Porfirio Lobo, a quien se le ha dado la mano con sonrisa incluida, en Cartagena.
Se lo digo con total sinceridad: me cuesta deducir como usted hace, que el gobierno de Santos es una versión suavizada del gobierno Uribe y por eso hay que negociar de la manera que se lo está haciendo. Sabemos que para el fascismo internacional de EE UU cualquier signo de negociación es considerado una debilidad política a explotar.
No veo, y espero me lo explique en profundidad se lo ruego, los matices entre el “uribismo más rancio” y el nuevo gobierno neogranadino, como usted ha mencionado, por lo tanto no hay posibilidad de “desactivar temporariamente un importante flanco de ataque imperialista contra nuestra revolución” como usted afirma: todos los flancos siguen abiertos.
Si comparto que “los factores externos actúan a través de los factores internos. Si no actuamos eficientemente sobre algunos problemas internos como por ejemplo, la acción conspiradora y separatista de los gobiernos regionales de Zulia y Táchira (habría que meterle la lupa al gobierno pepeteco de Amazonas), cualquier cambio en el escenario mundial o regional puede influir en la adopción de cambios políticos de tipo oportunistas.”
Usted dice que “A nosotros no nos extrañó esta presencia de Lobo, siendo precisamente el escenario colombiano el más indicado para dicha presencia”, yo quiero decirle de todo corazón que a mis compatriotas y no quiero pensar a los millones de compatriotas hondureños nos extrañó sobremanera la aparición del presidente heredero de Micheleti y títere del imperio, Porfirio Lobo, en esa reunión.
No ha sido un evento de política internacional “dudoso” o decepcionante para gritar “traición”, estamos de acuerdo en eso. Si ha sido un tremendo error político de consecuencias peligrosas para el proceso revolucionario en la región, que como bien usted expresa, debe ser debatido en los medios públicos pero con invitados hondureños y de otros países hermanos.
Finalmente quiero concordar con usted en que “Mientras el cristal por donde miren esté lejos, pero muy lejos, del método marxista, las debilidades ideológicas de algunos militantes revolucionarios seguirán siendo nuestro principal talón de Aquiles.”, espero que el comandante tome nota de esto.
PATRIA SOCIALISTA O MUERTE, VENCEREMOS