Kan formuló la advertencia en una sesión informativa horas después que las autoridades de seguridad nuclear anunciaron lo que podría ser un revés importante en la misión urgente de impedir que la planta filtre radiación, y dos semanas después de haber sido afectada por un intenso terremoto y una ola gigantesca.
«La situación actual en la planta Dai-ichi de Fukushima es todavía muy grave y seria. Debemos permanecer vigilantes», dijo el primer ministro. «No estamos en una posición en que podamos ser optimistas. Debemos tratar cada acontecimiento con el mayor cuidado».
La sospecha de una posible fractura se planteó cuando dos trabajadores vadearon agua 10.000 veces más radiactiva que lo normal y sufrieron quemaduras cutáneas, dijo la Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial.
Kan se disculpó con los agricultores y comerciantes por el impacto que ha tenido la radiación, dado que varios países han interrumpido algunas importaciones de alimentos de áreas cercanas a la planta después que se halló que algunos vegetales y la leche contenían niveles elevados de radiación.
El primer ministro también agradeció a los trabajadores de las plantas, bomberos y personal militar por «arriesgar sus vidas» para enfriar la instalación recalentada.
La alarma sobrevino el viernes, dos semanas después que el sismo de magnitud 9 desencadenó una ola gigantesca que barrió las costas nordeste y averió los sistemas de enfriamiento del reactor.
La policía informó que la cifra oficial de muertos pasó los 10.000 el viernes. Mientras continúan las operaciones de limpieza y rescate, y con más de 17.400 desaparecidos, se prevé que la cifra definitiva de muertos sobrepasará los 18.000.