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En las últimas 24 horas, fuerzas estadounidenses han lanzado 100 misiles del tipo Tomahawk sobre Libia, según el Pentágono.

Un total de 259 de estos obuses (piezas de artillería) han sido lanzados por Estados Unidos, el Reino Unido y Francia desde que comenzó el 19 de marzo pasado la operación militar, bautizada como “Odisea del amanecer”.

Estas acciones imperialistas han permitido a los rebeldes libios recuperar el control de Ajdabiya (norte) y Brega (oeste), tras expulsar a las fuerzas de Gaddafi, que han depuesto sus armas para evitar más víctimas fatales.

También los opositores al Gobierno de Gaddafi tomaron este domingo el control de la ciudad de Ras Lanuf (norte) y han señalado que marcharán hacia la localidad de Bin Yauad (oeste).

El Gobierno de Gadafi señaló este sábado que los ataques aéreos obligaron el retiro de sus Fuerzas Armadas.

“Este es el objetivo de la coalición; no es proteger a los civiles, porque está luchando directamente contra las Fuerzas Armadas (libias)”, aseguró el viceministro de Exteriores, Khaled Kaim.

“Están intentando forzar al país al borde de la guerra civil”, manifestó Kaim.

Según la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que ya asumió el mando de todas las operaciones militares en Libia, los ataques colonialistas estarían limitados “estrictamente” para la “protección” de los civiles y de las zonas habitadas.