Panorama Alternativo
Fuerzas del gobierno libio ingresaron en la estratégica ciudad portuaria y petrolera de Ras Lanuf y provocaron la huida de rebeldes armados hacia el este, en el segundo día seguido de retroceso de una insurrección apoyada por bombardeos estadounidenses y europeos.
Voceros de los rebeldes dijeron que las tropas del líder Muammar Kaddafi barrieron a los combatientes sublevados que controlaban Ras Lanuf, una ciudad crucial por sus refinerías de petróleo, con un ataque de tanques y artillería poco antes de la madrugada.

Aviones de guerra, al parecer de la misión de la OTAN que bombardea a fuerzas de Kaddafi, pasaron zumbando sobre la zona donde estaban en curso los enfrentamientos más intensos, pero no se escucharon explosiones que indicaran nuevos ataques aéreos, informó la cadena de noticias CNN.

Cientos de atemorizados rebeldes huyeron hacia la localidad de Uqayla, 20 kilómetros al este de Ras Lanuf, y de allí hacia Brega, la próxima gran ciudad, 240 kilómetros al sur de Bengazi, la «capital» de los sublevados, en medio de desesperados pedidos de nuevos bombardeos a fuerzas de Kaddafi, agregó CNN.

«Queremos que los franceses bombardeen a los soldados (de Kaddafi)», dijo un combatiente rebelde, Ali al-Faturi.

«Estamos en grandes problemas. Nos estamos replegando», dijo otro insurrecto, Salama Dadida, citado por la cadena británica BBC.

El lunes, los rebeldes habían avanzado sus posiciones varios cientos de kilómetros hacia el oeste libio hasta desplegarse a 100 kilómetros al este de Sirte, la ciudad natal de Kaddafi, tras una primera semana de bombardeos aliados que destruyeron las defensas antiaéreas y la Fuerza Aérea libias.

Pero fuerzas kaddafistas lanzaron ayer un contragolpe que obligó a los rebeldes a escapar hacia Ras Lanuf, adonde permanecieron toda la noche hasta el inicio de los ataques del gobierno, esta madrugada.

Se trató de la segunda vez en 15 días que las fuerzas de Kaddafi pusieron en fuga a los rebeldes en su intento por tomar Sirte y avanzar hacia Trípoli, bastión del líder libio, aunque fue la primera desde el inicio de los ataques aliados, que llegaron justo cuando los sublevados estaban al borde de la derrota.

Francia, uno de los principales impulsores de la intervención militar internacional en Libia, no descartó armar a los rebeldes, y ayer su canciller dijo durante una conferencia en Londres sobre el conflicto libio que París está dispuesta a discutir el tema.

El canciller ruso, Serguei Lavrov, dijo hoy creer que los miembros de la coalición no están autorizados a suministrar armas a los rebeldes bajo el mandato de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU 1973, que avaló la acción militar en Libia.

«El canciller francés dijo que Francia estaba preparada a proveer de armas a la oposición libia», dijo Lavrov a periodistas en Moscú en referencia al encuentro de ayer en Londres.

«Inmediatamente después, el secretario general de la OTAN, Fogh Rasmussen, declaró que la operación en Libia se realiza para proteger a la población civil y no para armarla…, y en esto estamos completamente de acuerdo», agregó Lavrov.

La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, dijo que aunque sanciones de la ONU prohíben vender armas a Libia, la veda ya no está vigente.

«Es nuestra interpretación que la resolución 1973 enmendó o anuló la prohibición absoluta de enviar armas a Libia, así que podría haber una transferencia legítima de armas si un país decidiera hacer eso», dijo Clinton.