La fiera acecha a Libia, presta a saltarle encima y clavarle sus colmillos en el cuello. Todo el ritual del acecho se aproxima a su cruento final. Mueve sus tropas y limpia sus cañones, más temprano que tarde todas y todos nos quedaremos sin aliento al ver las imágenes de visión nocturna en todas nuestras pantallas. El imperio ataca nuevamente. El juego mediático a cumplido su papel, mucha gente ya está confundida, una gran parte cree que es necesario y que está justificado, creen que EE.UU. representa la libertad y la justicia, que nos están salvando de los terroristas árabes y del infierno, su opresión mediática les ha funcionado en parte.
Lo cierto es que el pueblo árabe se levantará en todo el medio oriente luego de la dentellada y con ellos los pueblos de centro y sur América, lo cierto es que si muchos caen por la sobredosis de mentiras y la falsimedia orquestada, otra gran mayoría ya está presta a reaccionar ante esta vil invasión cuya única excusa verdadera se llama: petróleo.
La defensa de la soberanía y la no ingerencia de los poderes hegemónicos serán nuestra bandera, ya las victorias del enemigo imperial deberán ser más frágiles e inconsistentes, solo recogerán caos y muerte, pero nunca podrán someter a los pueblos árabes, allí se ve el resultado en Irak y Afganistán: bombas, atentados, muertos. Gobiernos zapallos y ficticios que no pueden gobernar. Libia debe ser defendida por todos quienes andamos en la revolución mundial, se le debe respetar su derecho a decidir su propio destino, sin que el colmillo imperial se clave en sus venas. Hay que comenzar a generar la fuerza de denuncia en todos los espacios. La gran estrategia imperial ahora pretende atacar desde Túnez, recientemente “liberado” en la gran patraña que está orquestando el imperio en el escenario oriental, y la OTAN se babea por un petróleo cercano y barato, para nada se cuenta valorar las vidas humanas, es falso, en nombre de los derechos humanos se gesta un genocidio más en la caída imperial ante la que debemos avanzar de forma estratégica las fuerzas revolucionarias.
Más temprano que tarde se comenzará a incendiar el imperio por dentro, es un tigre de papel que aun nos asusta al enseñarnos sus dientes, al espantarnos con sus rugidos, al arañarnos hasta el hueso con sus garras, pero es de papel. Arderá con el fuego de su propio incendio, Wisconsin está comenzando el renacer del sindicalismo norteamericano que estaba narcotizado y comprado. La pradera está reseca y el calor intenso de la crisis llena de sed de justicia al mismo pueblo imperial, debe prenderse la candela en cualquier instante. Es tiempo de responderle entre todos los que en apariencia somos débiles, la unión nos dará fuerza de sobra para impedir esta arremetida.
Es hora de romper el silencio: No rotundo a la intervención gringa sobre Libia, no rotundo desde todas las calles del mundo, no rotundo en cada letra y palabra, no rotundo con nuestro socialismo naciente en los mercados internacionales, no a la bota del general del pentágono, la paz de nuevo será nuestra bandera, salgamos a tomar todas las plazas y hagamos temblar este planeta. Debe empezar el camino de la victoria, ya los tiempos son diferentes, aun por sobre el manejo mediático ocurrido en los últimos días, la sospecha de un gran engaño da vueltas por el orbe, la hediondez imperial llena de azufre las almas de los pueblos que están artos de sangre, de dominio.
Estemos al lado del pueblo libio y su soberana libertad de resolver sus asuntos.
Venceremos.