Irma Domínguez


Parece que el premio Nóbel se le subió a la cabeza al escritor español Vargas Llosa, como en su tiempo a Octavio Paz, ya que no para de hacer campaña en favor del neoliberalismo a la menor oportunidad, como lo saben bien los camaradas argentinos que trataron de impedir que inaugurara la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, pues estaban seguros que iría allí como vendedor de libros pero aprovecharía, para convertir la función en un mitin para alabanza del liberalismo capitalista.

Es por eso que ahora hace lo mismo en su artículo de este domingo en El país, en donde remata su trabajo en la capital argentina arremetiendo, con la ventaja que tiene por ser columnista y aparcero editorial del Grupo Prisa, contra los que osaron cuestionar su participación en la Feria. Pero no voy a detenerme en la perorata del Sr. sobre el nacionalismo, que no sé por qué le obsesiona tanto, parecería que para justificar su desarraigo y su convenenciera conversión en español, y su reciente y ridículo nombramiento por el rey de su país como marqués. ¿A poco no es ridículo que haya reyes y marqueses en pleno siglo XXI? Si la nación no es nada está del cocol entender el empeño del sr. Vargas Llosa, por ser de un país dizque mejor que su original Perú, que sería supuestamente España, en donde el neoliberalismo de los del PP y el de los socialdemócratas de Zapatero han destrozado las conquistas sociales en medio de una típica crisis prolongada generada por el capitalismo salvaje.

Tampoco voy a tomar en cuenta la eterna cancioncita del escritor sobre los beneficios de la democracia liberal, ya que gentes como él no tienen autoridad moral para andar dando lecciones democracia, como se demuestra ahorita una vez más, con el caso de Libia, en donde sus cuates gringos y europeos preparan la invasión pero no hacen nada contra las monarquías medievales de Arabia Saudita, Jordania y Marruecos, en donde siempre se han negado los más elementales derechos humanos (ni siquiera se violan, porque no se viola lo que no existe). Yo no soy como otros camaradas que le niegan a Vargas Llosa la calidad de escritor, yo sí creo que lo es pero también creo que eso no lo hace más capaz para el análisis político, como lo demuestra su admirado Borges quien no se tentó el corazón, para recibir premios de manos de un asesino proneoliberal como Pinochet. En política, el sr. Vargas Llosa es como un simple escribidor.

A lo que voy a es al inevitable ataque de mercenario que incluso, en ese artículo de hoy, le avienta al Presidente Hugo Chávez Frías. ¿Se acuerdan de aquel chiste, en donde un chamaco en un examen tiene que responder una pregunta sobre el elefante? Como no ha estudiado la parte del elefante pero sí la de la hormiga, hace como que quiere hablar del elefante hasta el punto en donde puede meter a la hormiga, para aventarse un rollote sobre el insecto. Así hace el sr. Vargas Llosa que siempre encuentra la ocasión para tratar de zorrajar al Comandante de la Revolución Bolivariana, aunque venga hablando de cualquier otra cosa.

¿Y qué es lo que dice una vez más el escribidor Vargas Llosa contra el Comandante y contra Venezuela? Pues una de las sus monsergas de siempre, la tremenda mentira de que en la Venezuela bolivariana se atropella la libertad de expresión y que supuestamente hay “una creciente represión del gobierno chavista a toda forma de disidencia u oposición”. No vale la pena alegar con el que no quiere escuchar que como dice el dicho, es el peor sordo. Todo mundo que no esté cegado por el odio puede apreciar la tremenda tolerancia que hay en la Venezuela de hoy. Todo mundo puede observar la llegada de gente como el sr. Vargas Llosa a Venezuela, a meterse en la política interna con canales de la derecha sin que se lo impida el gobierno revolucionario, y que eso sucede a cada rato. Por cierto, todo lo contrario de cuando el muy demócrata y neoliberal Salinas de Gortari lo expulsó de México al sr. Vargas Llosa por el gran atrevimiento de decir en 1990, que en mi país vivíamos en una “dictadura perfecta”. ¿Se puede comparar eso con lo que dice todo los días Globovisión o el Nacional? Que el lector compare y juzgue quién es el verdadero demócrata. 

loboestasahiii@gmail.com