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Japón advirtió ayer que el peligro de una catástrofe nuclear dista mucho de haber sido descartada en la central nuclear de Fukushima, donde ayer se registraron escapes radiactivos mucho más altos que los del pasado sábado, informó AFP.

Una radiactividad muy elevada fue medida ayer en una capa de agua que escapó del reactor dos de la accidentada planta de Fukushima, por lo que se procedió a suspender las operaciones de bombeo y a evacuar al personal, según anunció la agencia de prensa Jiji.

La planta de Fukushima se vio afectada severamente por el poderoso terremoto y posterior tsunami del 11 de este mes. Se produjeron varios incendios y explosiones en dos de los reactores. Pero desde la semana pasada se sospecha de la rotura de un tercer reactor, el cual estaría generando nuevas fugas de radiactividad.

“Hemos detectado en las muestras de agua tasas elevadas de cesio y de otras sustancias que, generalmente, no se encuentran en el agua del reactor. Existe una fuerte probabilidad de que las barras de combustible hayan sido dañadas”, advirtió un portavoz de la empresa Tokyo Electric Power Company (TEPCO), la cual tiene a su cargo las labores de operación de la central de Fukushima.

EXIGEN CIERRE DE CENTRALES

Por su parte, activistas antinucleares manifestaron en las afueras de las oficinas de TEPCO, a fin de pedir el cierre de todas las centrales nucleares en suelo nipón, señaló la agencia NHK World.

Portando pancartas, los manifestantes exigían el cierre de las centrales, que no se construyeron para resistir los embates de terremotos y tsunamis.

Uno de los organizadores de la protesta calculó que en la jornada tomaron parte alrededor de mil 200 personas.

ALIMENTOS APTOS PARA EL CONSUMO

Mientras tanto, el Gobierno de la prefectura de Fukushima indicó que los niveles de radiactividad detectados en los productos agrícolas de los invernaderos están dentro de los límites de seguridad permitidos, dijo NHK World.

El pasado jueves, las autoridades efectuaron mediciones de yodo y cesio radiactivos en 14 productos, entre los que se incluían fresas, tomates y pepinos, todos ellos cultivados en invernaderos.

Se encontraron sustancias radiactivas en flores de wasabi, pero en los 13 productos restantes, cuya salida al mercado no ha sido restringida por el Gobierno, los niveles de radiación estaban dentro de los límites considerados como seguros.