Rómulo Pardo Silva
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La caída de Kadafi sería otro paso adelante del fascismo global norteamericano-europeo. El objetivo del sistema no es ese gobernante sino la aplicación del plan de control del mundo y sus recursos. Nadie que no se someta al imperio.
La situación en Libia ha desatado la conducta agresiva de los capitalistas a través de sus gobiernos y medias. También progresistas, especialmente europeos, se han sumado al apoyo a los rebeldes libios.
El levantamiento en Libia es diferente a los ocurridos en otros países árabes. Los imperialistas son enemigos del gobierno de Trípoli, Libia ya fue bombardeada en 1986 por Estados Unidos y el Reino Unido, mientras eran y son amigos de los que mandaban y aún mandan en los otros. Libia es el país de África de mejor nivel de vida y su petróleo está nacionalizado. Si cae Kadafi habrá un cambio radical favorable a las transnacionales. Los demás pueblos seguirán básicamente en lo mismo.
Libia no es Washington/OTAN. No invadió con un millón de muertos Irak, no ocupa Afganistán, no mata civiles afganos con aviones no tripulados, no prepara guerras contra Irán y Corea del Norte, no destruyó Yugoeslavia, no cerca a China y Rusia, no ha paseado por Europa con permiso de los gobiernos prisioneros destinadas a centros de tortura. Libia no es quien domina con las fuerzas militares más aplastantes de la historia.
En el estallido libio sin duda está la actividad de zapa de los imperialistas. Los jefes de las tribus no desconocían a los agentes yanquis. La deserción de altos mandos militares, diplomáticos y políticos no fueron actos aislados. El embajador de Kadafi en la ONU que pidió sanciones contra su país no descubrió de pronto en Nueva York que Libia era víctima de un dictador.
Los rebeldes que reclaman libertad y democracia se han apoderado de las provincias que tienen la mayor riqueza petrolera, en las cercanías de Egipto gobernado por los militares amigos de Mubarak y del Pentágono. Se habla de una posible secesión y se exhibe otra bandera.
El conflicto político entre libios es parte de un marco histórico amenazante. El capitalismo es insustentable y colapsará en las crisis que no podrá solucionar. Los imperialistas lo saben y su plan para conservar el poder y privilegios es una nueva civilización de un gobierno mundial con un ejército y una ideología. El suyo. El fascismo contra todos los pueblos por sus riquezas. Es ese proyecto el que elimina a uno de los regímenes molestos, el de Kadafi.
La prensa dominante no ha informado la real situación del país, apunta al objetivo de sus dueños de liquidar al gobierno. El secretario general de las Naciones Unidas pide con firmeza sanción para violaciones que dejó pasar en otros casos. El gobierno de Obama luego de enviar más soldados a Afganistán, de proteger la ocupación cada día mayor de los territorios palestinos con asentamientos, de su ataque diario con aviones no tripulados en que mueren civiles en Pakistán, de mantener el bloqueo a Cuba, del encubrimiento de las muertes de turcos en un viaje pacífico a Gaza, de la internación de armas no declaradas a Argentina, de mantener ilegalmente presos en Guantánamo… dice que Trípoli “violó las normas internacionales” y la “decencia”…
Muchos progresistas se han pronunciado contra el gobierno de Libia. Consideran que Mubarak y Kadafi son iguales pese a que no es así para el imperio. Creen en un cambio en Egipto con los militares de Mubarak reemplazándolo, esperan democracias liberadas del imperio en Bahrein, Arabia Saudita, Túnez… Confían en objetivos democráticos de los jefes de las tribus rebeldes libias. Algunos han atacado a Cuba, Ecuador, Venezuela, Nicaragua, porque no se han sumado a la posición de los imperialistas.
Para los imperialistas tan enemigo es Kadafi como Chávez, Castro, Ortega, Correa. A éstos ya antes les hicieron lo mismo que sufre Libia, el golpe del año 2002, Bahía Cochinos, la contra, el golpe de 2010. Se levanta una rebelión de la oposición, se la arma, publicita y apoya políticamente. La metodología sigue activa para los países soberanos en Latinoamérica. Chávez, Evo y Correa saben también sobre la táctica de una secesión instigada.
Los gobiernos de izquierda latinoamericanos han pedido un acuerdo interno en Libia que permita la paz, han rechazado las violaciones de cualquier bando a los derechos humanos, y de haber enfrentamientos armados el respeto absoluto a los civiles. Han rechazado la intervención de estados extranjeros.
El gobierno de Libia ha dicho que se realizan conversaciones con la oposición. Todos los pueblos deben alegrarse si se logra un acuerdo. De no ser así desgraciadamente, un gobierno tiene derecho a utilizar las armas, lo hizo Abraham Lincoln, y también los ciudadanos que estimen deben derribar una tiranía, lo hizo Fidel. En esa lucha no deben sufrir violencia los civiles.
Los derechos humanos, la democracia, la soberanía, no les interesan a los imperialistas. Solo les son útiles en su propaganda. Relativizan el valor de los gobiernos legales, llevaron a la muerte a Allende, y de las fuerzas rebeldes, bombardean a las FARC. Su meta permanente, también en Libia, es dominio, obediencia, recursos. Sin limitaciones éticas.
El modelo para Libia es el mismo para los países libres latinoamericanos.
Hay que interpretar el presente con su plan poscapitalista de futuro.