Felipe Yapur
Tiempo Argentino
La presidenta aseguró que “los políticos recuperaron la iniciativa”, al hacer un balance de su gestión. Anunció la ampliación de la Asignación Universal a las embarazadas y anticipó las leyes que impulsará.

Había transcurrido buena parte del discurso cuando tras la lectura de unas cifras, miró al recinto. Cientos de pares de ojos se posaron sobre ella, que no pareció inquietarse. Hubo unos segundos de silencio. Fue ese el momento elegido por la presidenta Cristina Fernández, durante el discurso de apertura de sesiones ordinarias del Congreso, para hablar de uno de los pilares del modelo de inclusión social que lleva adelante, como es la Asignación Universal por Hijo (AUH). Los aplausos de oficialistas y opositores se confundieron en uno solo, cuando dijo que el beneficio se extenderá desde el 1 de mayo a las embarazadas a partir del tercer mes de gestación. Volvió a ocurrir más tarde, cuando la presidenta propuso la necesidad de contar con una nueva ley de adopción, una iniciativa que sin duda complementa la ley de matrimonio igualitario aprobada el año pasado. También fue vivada cuando afirmó que a “la Casa de Gobierno no la manejan las corporaciones” y aseguró que los políticos “han recuperado la iniciativa” en los últimos años. En ese tramo, parte de la oposición evitó el aplauso.

 

La presidenta destacó que de las 1.927.310 familias cubiertas por la AUH, “más de 66 mil (lo que representa 176 mil chicos) han bajado del sistema porque sus padres han conseguido trabajo”.
La verdadera magnitud de la ampliación del beneficio a las embarazadas se conoció durante la tarde, cuando la ANSES brindó precisiones. Abarcará a mujeres embarazadas que están desocupadas, a las monotributistas sociales, a las que se desempeñan en la economía informal o en el servicio doméstico y perciben un sueldo igual o inferior al salario mínimo vital y móvil. Consideran que cubrirá al 22% de los nacimientos que se producirán este año y que representará una inversión de 240 millones de pesos.
Este beneficio tiene una particularidad, ya que se les pagará el 80% de la Asignación por Embarazo para Protección Social. El 20% restante lo recibirán tras el parto, cuando hayan acreditado todos los controles médicos durante la gestación que, al mismo tiempo, busca prevenir las causas que provocan la muerte materno-infantil.
Cristina pronunció prácticamente de memoria su discurso, ya que sólo recurrió a los papeles cuando necesitó de cifras y porcentajes exactos. Durante una hora y cuarenta minutos hizo una descripción clara y precisa de estos tres años de gestión que también abarcó lo realizado por Néstor Kirchner. Las referencias a la gestión del ex presidente no fueron improvisadas, sino más bien la confirmación de cuánto influyó en las políticas que aplica la mandataria: “Él construyó las bases, sin sus osadías, sin su mala educación, sin sus malos modales hubiera sido imposible, yo no hubiera podido hacer nada. Hoy tenemos la posibilidad de tener un país diferente.”
Los datos y los porcentajes se fueron acumulando, dando cuenta de que uno sin el otro no podrían existir de manera independiente y que el conjunto representa una parte del modelo político-económico y que da sostén a las políticas sociales. Por caso, la presidenta les recordó a los legisladores que el proceso de desendeudamiento, iniciado en la gestión Kirchner, llegó al 92,3%, y que implica que la deuda hoy representa sólo el 36,5% del Producto Bruto Interno. Muy lejos de aquel 156% de 2003.
Todo este proceso, tal como recordó la mandataria, se hizo al mismo tiempo que el Banco Central incrementaba el nivel de reservas que “llegó al 13,4%” y que “en el día de ayer alcanzó los 52.350 millones de pesos”. Datos y cifras que son el eje central del modelo político y que permiten, como la presidenta lo afirmó, el anuncio de la ampliación de la AUH. También se refirió al Plan Industria 2020, al asegurar que duplicará el PBI industrial en ocho años.
Cristina no descuidó otro de los pilares del modelo cuando se refirió a los juicios que se llevan adelante por delitos de lesa humanidad. “Yo quería que cuando terminara mi mandato hubieran terminado ya las causas porque estaban muy retrasadas” y poder dar vuelta la página de la historia, pero advirtió que “no es para renunciar a la memoria, sino para seguir adelante”. Luego llegó el turno de los datos: “De las 81 causas elevadas a juicio oral y público que teníamos en 2007, hoy hay 746 causas elevadas a juicio oral y público; de 41 condenados, hoy hay 203 condenados; de procesados, hay de 358 a 820.” Los aplausos volvieron a escucharse, sobre todo desde el palco donde estaban las Madres de Plaza de Mayo.
La seguridad también formó parte del discurso presidencial. Reivindicó la creación del ministerio que conduce Nilda Garré y las modificaciones que se realizarán en la Policía Federal, que contará con más personal de calle porque le quitarán la emisión de documentos que pasarán a ser parte de la órbita del Ministerio del Interior, “todo hecho con software y planificación argentina e imprimiéndolo el propio Estado, sin tercerizarlo” (ver p. 4).
Cristina habló y se mostró tranquila. Sorpresivamente los que quisieron sacarla de ese estado fueron una media docena de jovencitas, que desde uno de los palcos vivaban a Julio Cobos y buscaban interrumpirla. No lo dejó pasar. De reojo miró a Cobos y le dijo: “Un poco más de educación para la gente, es su gente, por favor” (ver p. 3).
El buen humor presidencial se expresó luego cuando recordó la sanción del matrimonio igualitario: “¿Vieron que todo sigue igual, que no obligaron a casarse a nadie, que cada uno sigue haciendo su elección libremente? Yo les dije que no iba a pasar nada, y no pasó nada”, aseguró entre risas y carcajadas que surgieron de las bancas de todos los bloques. Allí aprovechó para hacer otro anuncio: “Tampoco va a pasar nada con esta agitación que hoy he visto en algún diario acerca de reformas constitucionales. Pero si no he podido lograr que me aprueben el Presupuesto, si soy la primera presidenta sin Presupuesto. Pero además, ¿alguno me ha escuchado decir que voy a ir a la reelección en 2011? Así que no se hagan los rulos”, aseguró, aunque en esta oportunidad las risas y carcajadas fueron sólo de oficialistas y aliados