Tiempo Argentino
Una reciente reunión de ministros de Economía de la Unasur planteó el tema como herramienta para proteger el crecimiento regional basado en el empleo y la producción.

En una decisión que tiene fuertes consecuencias de cara al futuro, los ministros de Economía y Finanzas  de los países que integran la Unión de Naciones del Sur (Unasur), ratificaron la necesidad de avanzar hacia la desdolarización de las transacciones regionales, de manera de evitar las presiones de las economías centrales y del Fondo Monetario Internacional (FMI) por apreciar las monedas en los países latinoamericanos a fin de introducir a la región los excedentes de producción que las economías depreciadas del Primer Mundo no pueden absorber. Tal situación podría afectar el proceso de crecimiento centrado en la protección de las industrias locales y el consumo interno.

Esta fue la conclusión central de la reunión que el pasado 1 de marzo mantuvieron, en Buenos Aires, los funcionarios del área económica de Argentina, Brasil, Chile, Uruguay, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Paraguay.

 

El viceministro de Economía argentino, Roberto Feletti, dijo a Tiempo Argentino que “el objetivo del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas es tratar aquellos temas que hacen, fundamentalmente, a la protección de la región frente a la volatilidad de los mercados internacionales”. Feletti es el titular de la Coordinación Técnica del Grupo de Trabajo sobre Integración Financiera de la Unasur (GTIF).

Los ministros acordaron también la definición del Estatuto que regirá el Consejo Suramericano de Economía y Finanzas, órgano que ya viene trabajando desde hace años en la búsqueda de una arquitectura financiera para la región.

En la última reunión del G-20, en París, se manifestó una tendencia a presionar a los países emergentes para que apreciaran sus monedas y gastaran sus reservas, en un intento por alterar el esquema de crecimiento que los países superavitarios en Latinoamérica han diseñado. Para estos el objetivo es, por lo tanto, generar políticas anticíclicas que resguarden la expansión de sus economías de las volatilidades de los mercados externos, continuando en la senda del desendeudamiento como pieza clave para fijar criterios de inversión que disuadan la entrada de fondos especulativos.

El economista Andrés Asiain, sin embargo, cree que lo central para lograr una independencia financiera es avanzar en una moneda regional con peso suficiente para evitar la salida de divisas: “Alentar la desdolarización sirve para reducir los costos de las transacciones –sostiene el investigador del CEMOP– y es un importante gesto simbólico de independencia de la economía estadounidense. Pero lo central sería avanzar en una sustitución del dólar como moneda de ahorro en los países latinoamericanos, de manera de evitar la fuga de capitales”, concluyó.

Las versiones que al inicio de las conversaciones entre los funcionarios indicaban la posibilidad de negociar una moneda común para la región quedaron descartadas al analizar la situación en Europa, donde los países, con escaso margen de autonomía para fijar criterios de política monetaria, tuvieron que afrontar la crisis con ajustes de elevado costo social, ante un Banco Central Europeo incapaz de emitir moneda para acudir al rescate.<

Antecedentes

El sistema de pagos en moneda local (SML) entre la Argentina y Brasil reduce al mínimo la intermediación del dólar.

Los países de la Unasur buscan un esquema similar para las transacciones comerciales regionales.

La idea es evitar las presiones a la revaluación de las monedas locales que ejercen el FMI y las naciones más desarrolladas.

De esta manera se protege el modelo de expansión económica basado en la producción y el empleo, lo que da sustento al mercado interno.