Patria Grande
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza,en una reunión en el seno de la OEA, ratificó que visitará Venezuela cuando el gobierno nacional otorgue la autorización para que una comisión oficial ingrese al país.
Explicó que el área diplomática la comunicación “más oficial” que puede hacerse es transmitirle al embajador o canciller que desea visitar al país. E intentó escudarse en supuestas peticiones hechas al canciller Maduro, quien aseguró hoy ante los medios que no había ninguna petición de Insulza de visitar nuestro país.
Al prever que se le exigiría pruebas físicas que desmintieran las declaraciones de un alto funcionario venezolano, como lo es el canciller, el secretario general dió un paso enfrente: “Yo no mando cartas (…) pero la verdad es que lo he solicitado en numerosas veces”, dijo.
Explicó que en las oficinas de la OEA en Caracas se han restringido a conocer las solicitudes de los jóvenes en huelga de hambre y solicitar información al gobierno del presidente Chávez. “Hemos estado atentos a este movimiento, las comisiones le han recibido documentos a los jóvenes que están allá a las puertas de la OEA”, afirmó.
Roy Chardenton Matos, representante venezolano en el organismo multilateral, acusó al Secretario General abstenerse sistemáticamente de reunirse con las autoridades venezolanas, y que en su lugar, es muy diligente al momento de reunirse con la derecha.
Consideró inexplicable el hecho de que el Secretario General arreiesgue el prestigio de la institución y tome partido con instituciones y personajes con antecedentes tan peligrosos como aquellos que organizaron el golpe de Estado de abril de 2002.
“Una huelga de hambre es un recurso que ocurre en nuestros países, pero la única que le preocupa al secretario general es la de Venezuela. Y añadió: “No recuerdo ninguna insistencia del secretario General sobre la huelga de los mapuches en su país”.
Profundizó en el empeño que ponen algunos gobiernos poderosos, con apoyo de instituciones y medios de comunicación, de manipular los problemas internos que ocurren el los países cuyos gobiernos son de izquierda.
Destacó el peculiar carácter de la huelga de hambre que ejecutan un grupo de jóvenes apostados frente a las puertas de la OEA: “hacen guardias”y hablan de manera “entrecortada” cuando se acercan los medios de comunicación.
“No entendemos esta interlocución de tan alto nivel que el secretario general ofrece a nuestro país” e ilustró el tratamiento diligente y diferenciado quereciben los opositores venezolanos cuando llegan a la sede de la OEA. Tras cada visita de la oposición,viene un comentario intervencionista del Secretario General de la OEA, reflexionó.
“Secretario General ya basta”, exigió el embajador de Venezuela. “Si quieren discutir los asuntos internos de los países miembros de esta organización traiganlos, si no podemos traernos algunos casos sobre los cuales usted podrá discernir. En todo caso hacemos una invocación a algo que parece haber perdido en el camino, que es el sentido de la prudencia, la discreción y la sindéresis. La OEA no es un tribunal de los países miembros de la organización, hay normas que deben cumplirse pero el señor secretario no es el presidente de Latinoamérica, sino que por sus propias dolorosas experiencias debería tener un sentido mayor de respeto y yo solo me pregunto que fuerzas tan irresistibles están detrás del secretario general para que haya llegado al extremo de hacer planteamientos y que diplomáticos, sobre los temas de la política interna de Venezuela, que de paso se resuelven de manera democrática”.