Telesur

 

Persisten las manifestaciones en Bahrein por parte de ciudadanos que reclaman el fin de la monarquía de Hamad ibn Isa Al Khalifah y la disolución completa del Parlamento, mientras tanto, el rey llamó al diálogo entre las partes para llegar a un acuerdo que respete las demandas del pueblo.

El corresponsal de teleSUR en Medio Oriente, Hisham Wannous, dio cuenta de las protestas en Manama, capital del país más pequeño de la región del golfo Pérsico y acotó la intención del monarca de dialogar con la oposición, quien fijó que las condiciones están dadas.

El sector que adversa el reinado de Al Khalifah sostiene que rechazan el diálogo porque hasta la fecha el rey no ha definido los objetivos para lograr un acuerdo mientras los opositores tienen definidas sus demandas.

“Ellos tienen como objetivos la dimisión del Gobierno de Al Khalifah y la reforma de la Constitución entre tanto se mantienen las concentraciones en la plaza La Perla de Manama”.

Agregó que los opositores dicen que el rey no representa las ambiciones y demandas del pueblo como tampoco lo hace el Parlamento según ellos.

Hasta la fecha el número de muertos se cifra en siete a lo largo de las manifestaciones y los heridos ya alcanzan los 100.

 

“El rey ha accedido a dialogar con la oposición para acatar algunas de sus demandas”, comentó Wannous en su reporte.

Por su parte, los manifestantes aseguran que seguirán hasta derrocar al rey para lograr un cambio de gobierno y del Parlamento, además de reformas económicas, mejoras de salario y mejores condiciones de vida.

El príncipe heredero de Bahréin, Salman ben Hamad al Jalifa, asegura por su parte que la calma regresó al reino y que las condiciones están dadas para iniciar negociaciones con la oposición.

“Las iniciativas tomadas en los últimos días calmaron la situación y contribuyeron a que la tranquilidad regresara a Bahréin para preparar el diálogo”, según declaraciones difundidas por la agencia oficial BNA.

Este lunes, varios centenares de personas marcharon en Manama hacia el Parlamento, del que renunciaron los diputados del partido chiita el-Wefaq para denunciar la violencia que caracterizó el inicio de las manifestaciones hace dos semanas.

El rey Hamad ibn Isa Al Khalifah introdujo hace diez años una serie de reformas políticas, incluido un Parlamento electo, en un intento de reducir las tensiones entre chiítas y suníes.

Pero la oposición se queja de que esas reformas son insuficientes y no garantizan plenas libertades políticas al tiempo que se ha agravado la discriminación de la mayoría chiíta por parte de los suníes.