Néstor Espósito /Tiempo Argentino / Agencia Matriz del Sur
Lo determinaron las primeras pericias que recibió el juez federal Yalj. Los dos maquinistas quedaron detenidos y serán indagados hoy. Pero el juez no descarta otras responsabilidades en la empresa bonaerense Ferrobaires.

El choque de trenes que causó la muerte de cuatro personas y dejó decenas de heridos se originó en una combinación de fallas técnicas de los sistemas de seguridad y frenos que debían detener la marcha de la locomotora. Así lo revelan las primeras pericias técnicas a las que tuvo acceso el juez federal de San Martín Juan Manuel Yalj.
El punto clave parece ser la falta de mantenimiento adecuado de los trenes de Ferrobaires, la empresa estatal bonaerense que operaba el tren que chocó. El dirigente de La Fraternidad, Horacio Caminos apuntó: “Hay muchas denuncias sobre la seguridad en Ferrobaires. Si un conductor se niega a salir cuando considera que no están dadas las condiciones es sancionado. Si sale, puede pasar esto.”

La formación que viajaba hacia Junín y embistió por detrás a otro convoy que se dirigía a José C. Paz tenía uno de sus sistemas de seguridad, denominado “hombre muerto”, clavado al piso. “Hombre muerto” es el nombre que, sin eufemismo alguno, se le asigna a una suerte de pedal sobre el que va parado el conductor de la locomotora. Si se desmayara o muriera, dejaría de presionarlo y el tren se detendría, impidiendo de esta manera que continuara la marcha a la deriva. Si el conductor se hubiera muerto el miércoles previo al siniestro, el tren no se hubiera detenido e igualmente se habría producido la tragedia.

 

Hay más. Un segundo sistema de seguridad, una suerte de palanca que está al alcance del acompañante y que debe activarse en casos de emergencia estaba inutilizada y trabada con candados. Se trata, en ambos casos, de “sistemas de seguridad y no de frenos”, según explicó Norberto Rosendo, ingeniero ferroviario y presidente de la Comisión Salvemos al Tren. “Este tren tiene dos sistemas de frenos, no cuatro. No es correcto que el ‘hombre muerto’ esté clavado ni que el otro sistema estuviera clausurado, pero eso es responsabilidad de Ferrobaires”, añadió.
El juez Yalj indagará hoy al maquinista y a su acompañante y cree que hubo responsabilidad de ambos. De hecho, ordenó una batería de medidas, entre ellas dosaje en sangre para determinar si alguno de los dos había consumido alcohol. “Es un examen de rutina”, dijo a Tiempo Argentino.
Sí parece acreditado que la locomotora violó tres señales lumínicas, dos rojas y una anaranjada o amarilla. El juez les preguntará a ambos, de apellidos Balbi y Raviola, por qué hicieron eso. Informalmente ya le acercaron una primera respuesta que equipara los semáforos en ese sector de las vías con las alarmas del avión de Lapa que se estrelló al despegar del aeroparque metropolitano hace más de una década.
Pero Yalj intuye también una responsabilidad objetiva de Ferrobaires. El ministro de Planificación, Julio De Vido, y el secretario de Transportes, Juan Pablo Schiavi, también abonan esa última hipótesis. La locomotora embistente tiene seis rodillos de freno; una falla en uno o varios de ellos pudo haber contribuido de manera decisiva al choque. Las pericias se orientarán, además, a la formación embestida. Según Rosendo, la deformación que sufrió el tren embestido parece indicar que “la chapa de los vagones era como la de las latas de sardinas”