Hannitsch se mostró conmocionado y preocupado por la extrema violencia de grupos de activistas antifascistas y neonazis contra los agentes, que trataron en todo momento de evitar el enfrentamiento entre ambos y que se vieron entre dos fuegos.
Las masivas protestas populares, con mas de 20.000 manifestantes, según datos de la Confederación Alemana de Sindicatos (DGB), impidieron a los ultraderechistas celebrar su marcha con motivo del aniversario de los bombardeos aliados de Dresde durante la Segunda Guerra Mundial.
Unos 600 neonazis habían acudido a la cita, pero no pudieron abandonar en ningún momento el perímetro de la estación central de Dresde, mientras alrededor de la misma ardían barricadas y miles de jóvenes antifascistas trataban de reventar las barreras policiales para enfrentarse a los ultraderechistas.
Ante los reiterados ataques con adoquines, botellas y material pirotécnico, la policía se vio obligada a usar sistemas antidisturbios y camiones con cañones de agua para frenar a los jóvenes radicales de izquierda.
Tras varias horas acorralados, centenares de neonazis se dirigieron en ferrocarril a la cercana ciudad de Leipzig escoltados por agentes del orden, aunque allí tampoco pudieron salir de la estación, igualmente asediada por activistas de izquierdas, y acabaron por tomar trenes con diferentes destinos.
La convocatoria para evitar la marcha ultraderechista había sido apoyada por los partidos detodo el espectro político, sindicatos, iglesias y asociaciones de vecinos, que hace una semana habían logrado igualmente impedir una concentración de la ultraderecha alemana. (Con información de EFE)