
El origen de este dinero estaría en los contratos militares suscritos durante la etapa en la que Mubarak formaba parte de la Fuerza Aérea egipcia. Sin embargo, una vez ya en la Presidencia, desde 1981, Mubarak diversificó sus inversiones.
Una profesora de Políticas de la Universidad de Princeton, Amaney Jamal, ha explicado que este patrimonio es similar al de otras familias gobernantes de los países árabes. «Los proyectos de negocios fruto de su trabajo en el Ejército y el Gobierno han revertido en riqueza personal. Hay mucha corrupción en este régimen y un bochornoso desvío de fondos públicos para beneficios individuales», explicó.
La esposa y los dos hijos de Mubarak también poseen importantes fortunas fruto de asociaciones empresariales con extranjeros, explica el profesor de Política de Oriente Próximo de la Universidad de Durham, en Reino Unido, Christopher Davidson.
La familia Mubarak tiene además propiedades en Londres, París, Madrid, Dubai, Washington, Nueva York y Frankfurt, según un informe de la empresa IHS Global Insight.
