Bush iba a ser el orador principal en la cena anual de la organización Keren Hayesod el 12 de febrero en Ginebra.
Pero ha habido presión sobre el gobierno suizo para arrestarlo y abrirle una investigación penal si entra en el país alpino.
Funcionarios de la corte dijeron que se han presentado denuncias penales contra Bush por torturas, en Ginebra.
Grupos de derechos humanos dijeron que tenían la intención de presentar un caso de 2.500 páginas contra Bush en la ciudad suiza el lunes por presuntos maltratos a presuntos militantes en Guantánamo, la base naval de EE.UU. en Cuba, donde prisioneros de Afganistán, Iraq y otros sitios fueron internados por la llamada «Guerra contra el Terrorismo».
Pero grupos como Human Rights Watch, con sede en Nueva York y la Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) con sede en París, dijeron que la cancelación estaba vinculada al creciente movimiento para acusar a Bush por torturas, incluyendo el ahogamiento simulado. Él admitió en sus memorias y entrevistas de televisión que ordenó el uso de la técnica de interrogación que simula ahogamiento.
«Él está evitando las esposas», dijo Reed Brody, abogado de Human Rights Watch, a Reuters.
La acción en Suiza mostró que Bush tenía motivos para temer las denuncias legales contra él si viaja a países que han ratificado un tratado internacional que prohíbe la tortura, dijo.
Brody es un abogado formado en Estados Unidos especializado en la búsqueda de los crímenes de guerra en todo el mundo, especialmente los supuestamente ordenados por ex presidentes, incluyendo al ex dictador de Chile, Augusto Pinochet y el derrocado presidente de Chad Hissene Habre. Habre fue acusado por Bélgica de crímenes de lesa humanidad y tortura, y actualmente está exiliado en Senegal.
«El ex presidente Bush ha admitido que ordenó algo que todo el mundo considera una forma de tortura, como es el ahogamiento simulado, es una forma de tortura según el derecho internacional. Bajo la Convención contra la Tortura, las autoridades podrían haberse visto obligadas a abrir una investigación y a procesar o extraditar o George Bush», dijo Brody.
Funcionarios judiciales en Suiza han dicho que Bush todavía gozaría de una cierta inmunidad diplomática como ex jefe de Estado.
Dominique Baettig, un miembro del parlamento suizo del derechista Partido Popular, escribió al gobierno federal suizo la semana pasada pidiendo el arresto de Bush por presuntos crímenes de guerra si él arribaba al país neutral.
Bush, en su libro de memorias de su presidencia de 2001-2009, «Punto de Decisión», defiende con firmeza el uso del ahogamiento simulado, «submarino», como clave para prevenir una repetición de los ataques del 11 de Septiembre en los Estados Unidos.
La mayoría de los expertos en derechos humanos consideran esta práctica una forma de tortura prohibida por la Convención sobre la Tortura, un pacto internacional que prohíbe la tortura y otros tratos crueles, inhumanos o degradantes. Suiza y Estados Unidos están entre los 147 países que han ratificado el tratado de 1987.
«Independientemente de lo que Bush o sus anfitriones digan, no tenemos dudas de que canceló el viaje para evitar nuestro caso, el mensaje de la sociedad civil es claro: Si usted es un torturador, tenga cuidado en sus planes de viaje. El proceso para la rendición de cuentas es lento, pero seguimos adelante», expresaron la FIDH con sede en París y el Centro de Derechos Constitucionales con sede en Nueva York, en una declaración conjunta hoy sábado.
Sami El Hadjj, un ex periodista de Al Jazeera y ex detenido en Guantánamo, estaba pautado para hablar en su conferencia de prensa en Ginebra el lunes, donde se dará a conocer la denuncia de 2.500 páginas.