En el país continúa el clima de impunidad, aumentaron los asesinatos por motivos políticos, la persecución contra los campesinos en el Valle del Aguán y los ataques contra los periodistas.
Por otro lado, afirmó, hay un aumento inocultable y sustancial de la deuda externa debido a la docilidad con que el gobierno de Porfirio Lobo se ha sometido a los designios del Fondo Monetario Internacional.
Zelaya consideró como un grave retroceso la salida del país de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América y de Petrocaribe, en virtud del cual Honduras recibía un suministro estable de petróleo con facilidades de pago e intereses muy bajos.
Recordó que el actual gobierno congeló los sueldos de las mayorías, mientras que el sector empresarial aún se niega a tributar al Estado.
«Hoy podemos decir con certeza que Honduras requiere para mejorar su economía y por ende las condiciones de vida del pueblo, de un plan de reconstrucción democrática para contrarrestar los incalculables alcances del daño causado por tal crisis política», concluyó.
Zelaya, derrocado por el golpe de Estado del 28 de junio de 2009, se encuentra en República Dominicana desde el 27 de enero de 2010 y aún no ha podido retornar a su país por falta de garantías.